Caballeros, si tienen hermanos considérense afortunados, porque tienen a su lado a personas que serán sus aliadas para el resto de su vida. Es verdad que muchas veces peleamos o no estamos de acuerdo con sus decisiones, pero al final del día la familia son lo más importante y sabemos que nos apoyaremos sin importar qué.
Sin embargo, no todos tienen el privilegio de convivir con sus hermanos pues, ya sea por problemas económicos o sociales, deben separarse de ellos, como aquellos que quedan huérfanos y son asignados a familias distintas, lo que le pasó a estos cinco hermanitos que, afortunadamente, pudieron reunirse y ahora están juntos de nuevo.
Andi y Thomas Bonura han estado casados por 15 años. Antes de expandir su familia mediante la adopción, la pareja se esforzó mucho por tener hijos biológicos. Después de perder un embarazo, Andi finalmente quedó embarazada de gemelos. Lamentablemente, los dos niños nacieron prematuramente a las 25 semanas y solo un hijo, Joey, sobrevivió. La pareja lo intentó una y otra vez, hasta que nacieron sus dos hijas. Después de eso, se aconsejó a la pareja que no lo intentara más, pues podría ser peligroso para Andi.
Sin embargo, los Bonura siempre desearon tener muchos hijos, así que se animaron a obtener una licencia de adopción y pronto llegó a ellos un bebé llamado Bryson, al cual enseguida llenaron de amor. La agencia de adopción les hizo saber a Andi y Thomas que Bryson tenía más hermanos.
Los Bonura descubrieron que los padres de los cinco hermanos estaban renunciando a sus derechos, lo que significaba que los otros cuatro irían a dar a diferentes orfanatos o agencias de adopción. Andi y Thomas no dejarían que eso pasara, así que los adoptaron a todos. “Conocíamos a todos los hermanos antes de que se mudaran y yo estaba completamente enamorada de cada uno de ellos. Cuando llamaron para preguntarnos que si queríamos adoptarlos, la respuesta fue inmediatamente que sí, queríamos que los cinco hermanos permanecieran juntos. Son preciosos, tienen todo mi corazón”, dijo Andi.
El 6 de mayo se convirtieron oficialmente en parte de los Bonura, haciendo realidad el sueño de Andi y Thomas de tener una familia numerosa. “Es increíble tener ocho hijos. Cada uno de mis hijos es increíblemente amable y amoroso, con características especiales. Ver sus pequeños corazones crecer y sanar ha sido muy gratificante. Tenemos una casa ocupada, pero todos colaboran. Se cuidan mutuamente y se apoyan y alientan. Realmente no sé cómo me convertí en la madre afortunada de estos pequeños humanos increíbles”.
Ahora son los padres de Thomas (8 años), Carter (8 años), David (6 años), Gabrielle (4 años), y Bryson (2 años), que se unieron a sus hijos biológicos Joey (11 años), Sadie (10 años) y Daphne (8 años).
Por su parte, Thomas, el orgulloso padre, piensa que esta experiencia le ha cambiado la vida y le ha dado una gran lección: “Tomar a un niño adoptivo precioso y mostrarle amor incondicional, a través de sus luchas y curaciones, lo desafía a uno a crecer y convertirse en una persona tan fuerte”.
“No soy la misma persona que era, era ingenuo acerca de esta parte del mundo, pero pasar por todos estos desafíos creó un vínculo increíble y confianza con mis bebés. Ver a mis hijos biológicos compartir su compasión y amistad, casi al instante, hace que mi corazón se derrita de orgullo. Hay tanta necesidad de padres adoptivos y hay tantos niños que están desesperados por amor. Ciertamente no hice esto por mi cuenta. Mi familia, mis amigos, otros padres adoptivos, los maestros, todos participaron con aliento y amor”.
Historias como esta nos hacen recobrar la fe en la humanidad, pues nos demuestran que el amor de padres es tan grande como para criar a niños que no vienen de ellos, y eso, varones, es verdaderamente admirable.