Bad Bunny es uno de los artistas más exitosos del mundo en este momento y su fortuna va de la mano con su fama desde que se convirtió en uno de los cantantes más cotizados de todos los tiempos. Pero la fortuna y el reconocimiento nunca van solos y detrás de ellos, en el caso del portorriqueño, hay algunos asuntos algo cuestionables, que todavía están por resolverse… en la Corte.
La exnovia del reguetonero de 29 años, Carliz De La Cruz Hernández, lo demandó porque aduce que gran parte de su éxito se lo debe a ella y a su relación antes de que él se volviera un fenómeno del espectáculo. La acción legal le exige al Conejo Malo que pague 40 millones de dólares a su ex por haber usado su voz en sus producciones.
“La estoy pasando bien, no te voy a mentir”: ¿se “hizo rico” con la voz de ella?
Según Hernández, ambos empezaron a salir en 2011, mientras trabajaban en el mismo supermercado, aunque en esa época, Bad Bunny también hacía música. Su relación terminó unos cinco años después, en el 2016, cuando el cantante todavía no alcanzaba reconocimiento universal, pero la cosa es que la ex dice que el reguetonero hizo honor a su apodo haciendo algo realmente reprobable.
La chica dice haber grabado en su teléfono múltiples versiones de la pegajosa frase “Bad Bunny Baby” en 2015, utilizando la app de captura de voz en el baño de la casa de una amiga que usaba como estudio de grabación por ser la habitación más callada. Además, asegura que sí le envió la grabación, pero no sospechaba que en el futuro, el cantante la explotaría para llenarse los bolsillos con dinero. Ahora ella quiere su tajada del pastel.
“Ey, ey, dime qué pasó”: Crédito a quien crédito merece
La demanda de Hernández, que fue presentada ante el Tribunal de primera instancia en San Juan, Puerto Rico, gira alrededor del uso de su voz en el estribillo superfamoso que ella “no registró como propio” pero que sí grabó y que fue usado sin su autorización para la producción que ha sido exitosa más allá de sus más locos sueños cuando aún salía con el chamaco que tarareaba reguetón mientras trabajaba en el súper.
Hernández, que se presenta a sí misma como abogada, quiere compensación por el uso de su voz sin permiso en producciones como Pa ti, Dos Mil 16 y Un verano sin ti. Ella asegura que los representantes del Conejo Malo le ofrecieron dos mil dólares por los derechos para usar su voz, previo al lanzamiento de Un verano sin ti, pero ella los rechazó. Aun así, salió el álbum, por lo que ahora ella quiere una parte más justa por su participación.
Sin comentarios; “Sorry por ser yo”
Al momento, Bad Bunny no ha respondido ni opinado públicamente respecto a las acusaciones de Hernández ni de su relación con ella. Las quejas de la ex de Bad Bunny van más allá de una sola instancia de uso indebido y dice que su voz ha sido usada en conciertos y que su uso repetido y sin consentimiento significa “mala fe, negligencia descarada y un ataque directo a su privacidad y dignidad”.
Aunque el cantante no ha hecho comentarios, las redes sociales han empezado a atacar y criticar a la ex del Conejo Malo, lo que ha causado “ansiedad, angustia y preocupación” a la joven. Como resultado, ella “necesitó ayuda profesional” para manejar su vida diaria, lo que también está contemplado en la demanda. Además de a su ex, Hernández está demandando a su sello discográfico Rimas Entertainment y a su mánager, Noah Kamil Assad Byrne, quien tampoco ha respondido a la demanda.