Casi todas -y sin temor a equivocación, TODAS- las personas han vivido la experiencia de dejar o que nos dejen una mala impresión al primer contacto. Pero tranquilos, esto no es tan malo ni motivo para perder la paz mental ni espiritual. Los factores que originan esto son tan diversos que van desde un impredecible mal día hasta la elección del color de los jeans, si se utilizan playeras polo, camisas a rayas o cuadros, hablar demasiado, en tono bajo o alto… ¡mentira! Lo que sí es verdad es que existe una cantidad ilimitada de variables irrisorias que lograrán que salgas corriendo. El mundo es así.
Saber reconocer si dejaste una mala impresión y cómo recuperarla es posible y está al alcance de cualquiera y, sobre todo, es mucho más sencillo de lo que te imaginas.
Sigue leyendo, te interesará saber mucho más. Te recomendamos seis estrategias.
1. Tomar o no cartas en el asunto, he ahí la cuestión
Es importante valorar, antes que nada, en quién incubaste la semilla de la mala impresión; posteriormente determinar la influencia que tiene dentro de tu vida cotidiana o quizás tendrá en un futuro.
Si es una persona que realmente no genera ningún beneficio ni daño, simplemente deja fluir la situación; un faux pas, un mal día lo tiene cualquiera, relájate. De lo contrario, sigue leyendo. Tranquilo, también hay solución.
2. Acciones rápidas y disculpas lo más pronto posible
Las primeras impresiones son generalmente más rápidas de lo que imaginamos. Es una interacción que se genera de ambos lados de manera muy ágil, veloz; es decir, es una lectura inmediata que sucede entre dos personas al mismo tiempo.
Si se ha decidido tomar medidas, lo más recomendable es hacerlo rápido. Muchas personas valoran sobremanera una disculpa honesta y rápida, que puede ayudar muchísimo y hasta revertir la mala impresión que se ha dejado.
Por el contrario, si las disculpas frente a frente no son lo tuyo, puedes enviar una nota a través de un mensaje de texto, un correo, y tal vez no hacerlo justo en ese instante, aunque, ¡cuidado! Esto puede resultar contraproducente.
3. Admite el error, pero tampoco exageres
Todos cometemos errores, es parte de la condición humana no ser perfectos. ¡Perdónense! Así que déjenlo fluir.
4. También es válido disculparse después
Una disculpa sincera siempre arreglará muchas cosas, pero es un arma de doble filo sobre todo si tomamos en cuenta cuánto tiempo ha pasado desde el incidente, aunque el gesto será agradecido siempre.
5. Pivotar
Es una buena estrategia para recuperar una buena impresión. Es ingeniosa al demostrar el lado opuesto al que se generó, pero debe aplicarse con sus respectivas consecuencias para no obtener el efecto contrario.
6. Congruencia ante todo
De nada sirve aplicar ninguna estrategia exitosa si no hay coherencia entre el pensar y el actuar de una persona. A final de cuentas, nuestras acciones hablarán siempre por sí solas.
Las primeras impresiones no tienen por qué ser las últimas
Dicen que no hay peor juez que nosotros mismos, así que a veces maximizamos una experiencia cuando probablemente solo tiene una dimensión enorme en nuestra cabeza. Es recomendable tomar las cosas con calma, aprender de la experiencia y continuar recorriendo camino y, sobre todo en lo sucesivo, ser menos estrictos con los demás, nadie sabe si estén pasando un mal día o por una mala racha.