Nunca es tarde para cumplir las metas, pues aunque el camino parezca difícil, siempre habrá un momento para dedicarlo a lo que quieres. Si no me crees, pregúntale a este abuelo de 88 años que se graduó de la universidad junto a su nieta. Sin embargo, conseguir un grado académico en su vida significó mucho sacrificio.
René Neira recibió el reconocimiento en Economía de la Universidad de Texas en San Antonio (UTSA) al lado de su nieta Melanie Salazar, quien se graduó en Comunicaciones, en la misma institución. Las metas propuestas por René desde hace años se concretaron al concluir sus estudios universitarios.
René comenzó sus estudios en la década de 1950, pero tuvo que dejarlos luego de que se enamoró, se casó y formó una familia. La mayor parte de su vida trabajó en un banco para sacar a sus cinco hijos adelante y no fue hasta el 1980, cuando sus hijos fueron adultos, que pudo regresar a la escuela, aunque no pudo concluir.
Los años pasaron y en 2009, su esposa murió. Este fue un momento muy difícil de superar en su vida, pero no se dio por vencido. En cambio, decidió iniciar nuevamente sus estudios y en 2016 tomó clases junto a su nieta Melanie en el colegio comunitario de Palo Alto College. Cuando comenzó, René ya tenía 82 años y un hambre de aprender. Al siguiente año, ambos ingresaron a la UTSA.
I'm so proud of my grandpa for finishing his first day at PAC this semester! 82 years old and not giving up!!! 😭🙌🏽💝 pic.twitter.com/IX4x5RhKXm
— Melanie Salazar ♡ (@melaniesalazara) August 24, 2016
La escuela unió a abuelo y nieta, pues aunque iban a diferentes carreras, tomaban el tiempo para comer, estudiar y, simplemente, pasar tiempo de calidad juntos. Melanie también era la presidenta de un club en la escuela, al que, en ocasiones, René asistía.
Él y yo a veces comíamos juntos en la cafetería. Estudiábamos uno al lado del otro. A veces, él necesitaba ayuda para navegar en el sitio web de la escuela para sus clases y yo lo ayudaba. A menudo lo llevaba al campus y lo llevaba de regreso a casa.
Desafortunadamente, justo antes de la pandemia, el estado de salud de René se vio afectado, pues sufrió un derrame cerebral leve. Por ello tuvo que pedir una licencia médica de la escuela y estuvo alejado de sus clases. Cuando pudo regresar, la pandemia había modificado el método de estudio y ahora las clases en línea eran el medio de asistencia.
Exponiendo el estado de salud de su abuelo, así como el gran esfuerzo que estaba haciendo por lograr sus estudios, Melanie solicitó que los funcionarios de la UTSA concedieran a René un grado de reconocimiento. La salud del anciano seguía empeorando y ahora tenía dificultades para hablar. Su familia pensaba que podría morir sin haberse graduado.
Finalmente, después de mucho esfuerzo, abuelo y nieta llegaron juntos a recibir sus reconocimientos. Los ahora profesionistas comparten un gran logro juntos, pero detrás tienen una historia que se fue formando diariamente. Melanie, quien quiere dedicarse a trabajar en una organización sin fines de lucro, dice que su abuelo la ha inspirado.
A través de la pérdida de audición, no tener un automóvil, tomar el transporte público, defenderse a sí mismo en el campus, realmente admiré sus ganas, que es como la fuerza o la perseverancia, para seguir adelante sin importar nada.
René no solo se dedicó a trabajar en el banco de la ciudad, también destacó como un importante activista por la comunidad de San Francisco. Hijo de padres que emigraron a Estados Unidos desde México, René apoyó particularmente al movimiento chicano y la construcción de la economía del sur de la ciudad.