El amor es una fuerza de la naturaleza, pues cuando Cupido ha acertado la flecha, un hombre puede convertirse en un alma en pena cuando alguna pareja abusiva logra atraparlo en sus redes. Ahora, con las redes sociales y las comunicaciones a larga distancia, para gente con pocos escrúpulos pero con dotes de actuación, es posible aprovecharse del afecto de hombres y mujeres solitarios con más facilidad que nunca.
Caesar, de 46 años de edad y originario de Jacksonville, Carolina del Norte, Estados Unidos, es un hombre trabajador pero no un hombre rico, al contrario, tiene que buscar cualquier descuento y cupón que pueda para sobrevivir en su día a día. La razón de que se encuentre casi en la ruina a pesar de ser muy trabajador es porque estaba enamorado de María, a quien nunca vio y le mandaba 800 dólares mensuales, que representan gran parte de sus ingresos. Cuando finalmente iban a conocerse, la chica terminó la relación, lo que le rompió el corazón. Presentada en forma de reality show y con un protagonista tan ingenuo que haría sonrojar a un guionista de telenovelas, la historia de Caesar y María parece inventada.
Un hermoso sueño: María
Caesar es un hombre bastante mayor que dedica gran parte de su esfuerzo diario a laborar para pagar las cuentas y ahorrar suficiente dinero para costear la vida de su novia ucraniana María, a quien nunca ha visto porque “vive en Ucrania”. La joven, aparentemente una rubia despampanante de ojos azules y de apenas 28 años de edad, era el sueño de amor del hombre, cuya única razón de existir era escuchar su “dulce voz” voz diciéndole “te amo”.
Para sobrevivir, Caesar buscaba ofertas y cupones que le permitían costearse la vida a pesar de que su liquidez se viera sumamente mermada y sujeta a las necesidades de la quimérica María. El estadounidense aclaró que conocer a la joven siempre había sido su sueño. Sin embargo, ella siempre le daba razones para que el encuentro no se celebrara. Los enamorados habían intentado conocerse en tres ocasiones, pero siempre era una cosa u otra y la mujer culpaba a la agencia de viajes, a la aeronáutica que le “cancelaba el vuelo” o incluso a problemas con su pasaporte para no concretar su reunión.
La relación no iba a ninguna parte: Evasivas y largas
Después de una relación de cinco años en la que solamente se comunicaban por mensajes y fotografías que se enviaban por medios electrónicos, y ya con la insoportable necesidad de conocer a María en persona, Caesar urgió a su pareja a que se encontraran y él estaba dispuesto a “volar directo hasta Ucrania” para conocerla a ella y convivir con su familia y amigos e incluso para tomarse un café mientras le mostraba la ciudad.
La respuesta de ella fue simple y cortante: “Aquí hace mucho frío ahora, será mejor que vengas cuando esté más cálido”. Sin embargo, por muy frío que sea un lugar, ni se acercó a la frialdad de la mujer, quien le exigió que su reunión fuera en México. Caesar le explicó que viajar a México sería mucho más caro que ir a conocerla a Ucrania y que para ello tendría que “trabajar aún más que ahora”, pero que estaba dispuesto a hacerlo porque la amaba. Ella le dijo “Sé que estás dispuesto a eso. Ah, y también te amo”. A esas alturas, el asunto era evidentemente una estafa descarada, aunque el hombre dijo que lo hizo, ya que tenía miedo de perderla.
Vestido y alborotado, lo corta: “Estoy harta de que me des dinero y hagas todo lo que te digo”
Cuando finalmente llegó a su hotel en México, el enamorado se enteró de que su enamorada no había llegado, pues “el vuelo de María había sido cancelado”. Enojado y asustado, decidió confrontarla, pero sin culparla en ningún momento de nada. Sin embargo, ocurrió lo que él ya se temía y lo que todos sabíamos que vendría: ella cortó la relación y con las excusas más ridículas posibles.
Ya sé que trabajas mucho y que te gastas todo tu dinero en mí. Lo sé, no paras de repetirlo. Y estoy harta. Siempre te haces la víctima. No eres un hombre de verdad, deberías serlo. No es mi problema, es el tuyo. Quizá nuestro destino no es estar juntos en esta vida. Quizás nos encontremos en una próxima vida. Se acabó. Vive tu vida y yo viviré la mía.
– María
¿Le cayó el 20? Pues más o menos
Herido por el modo en que terminaron las cosas, desolado frente a las bellas playas de Cancún, Caesar dijo que todo fue un hecho para la chica. Por supuesto, para cualquiera que siguiera la historia que se transmitió por Facebook, el asunto resultaba sospechoso desde un inicio y el desenlace no fue nada que no pudieras esperar de una relación que en cinco años no llegaba a nada más que a envíos de dinero a una persona desconocida.
Hice de todo, luché por ella. Todo que estaba en mi poder lo hice sin dudar. Hice hasta lo imposible por estar con ella y solo jugó con mis sentimientos. No se puede jugar con los sentimientos de las personas cuando te aman en serio, así. Todos se reirán de mi, me dirán ‘Caesar, te lo dijimos’. Y yo tendré que decirles que tenían razón. Nunca lo olvidaré y me dolerá el resto de mi vida.