Nunca está de más repetir que en Internet nada es lo que parece y un joven chino (anónimo) de la ciudad de Hangzhou, en la provincia Zhejiang, aprendió a la mala esta lección.
En el 2017, el inocente varón conoció a una chica a través de la aplicación WeChat, un servicio de mensajería instantánea en China, y parecía que estaban hechos el uno para el otro. Aun sin conocerse en vivo, comenzaron una relación de noviazgo en línea e incluso empezaron a hacer planes para su boda de ensueño.
Durante tres años, la chica le pidió transferencias de dinero que supuestamente ella estaba ahorrando en una cuenta bancaria para cubrir los gastos de su futuro matrimonio. El joven enamorado le hizo depósitos cada mes, pero después comenzó a sospechar que estaba sucediendo algo raro, porque su “prometida” siempre tenía una excusa cuando él le pedía que se conocieran en persona.
Ella decía que tenía asuntos personales que resolver y para asegurarle que sus intenciones de casarse eran muy serias, le dijo que una “tía” lo visitaría para saber cómo era su vida.
La supuesta familiar de la chica empezó a visitarlo con frecuencia, para hablar muy bien de su sobrina e insistirle al prometido que siguiera haciendo los depósitos de dinero. Pero todo se trataba de un fraude.
El joven aprovechó un descuido de la tía y logró revisarle el celular. Ahí descubrió que en realidad no era pariente de la novia y que se habían puesto de acuerdo para estafarlo. En total, él había depositado 15 000 dólares y cuando se dio cuenta de la verdad, hizo una denuncia a la policía.
Las autoridades localizaron a la embaucadora y la arrestaron. Al iniciar una investigación de sus redes sociales, descubrieron que tenía varias cuentas de WeChat y las utilizaba para estafar a otros hombres jugando el papel de la novia enamorada.
Este inocente varón creyó que estaba haciendo un ahorro para casarse con la mujer de sus sueños y, al final, descubrió que solo jugaron con sus sentimientos… y su cartera. Así son los peligros del amor en tiempos de las apps.