En internet existen de historias a historias, pero ninguna como la de Eliodoro Maciel Centurión, un paraguayo de 90 años que desde hace 22 años vive en casa de su sobrina nieta y quien, a pesar de su edad, acude todos los días a la escuela de su bisnieta para que no vuelva sola a casa.
Eliodoro o Lolo, como es conocido en su familia, nunca tuvo hijos propios ni una vida fácil, pero aun así, es muy cercano a su familia. Por eso no es de extrañar que no pase ni un día en el que el abuelito no esté al tanto de su sobrina bisnieta, Génesis, de siete años, a quien acompaña todos los días hasta llegar a la escuela y luego es el primero en llegar al momento de la salida de clases.
Caminito de la escuela
Vive con nosotros. Es el tío abuelo de mi mamá. Mi hermanita Génesis, de siete años, es la que aparece en la foto, acompañada por él. A pesar de que ya es mayor, es ‘demasiado activo’, por eso mamá le permite acompañar a Génesis todos los días, para que cruce la avenida Río Paraná para ir a la escuela José Kreusser, en el Barrio San Pedro de Encarnación
– Loreley Roa, de 25 años
A raíz de su viralización en redes sociales, Loreley dijo en una entrevista que su bisabuelo siempre ha sido muy afectuoso con su familia y que incluso la reconoció a ella como hija, dado que no tenía papá.
El primero esperando a la salida
Con la dedicación que haría que un padre helicóptero se ruborizara, Lolo se encuentra diariamente y puntual como relojito, a la salida de la escuela José Kreusser, esperando la salida de Génesis, para acompañarla en el camino de vuelta a casa.
Antes me llevaba a merendar a la salida de su trabajo el fin de semana (se retiró hace poco tiempo).
– Loreley
Situación trágica e integración a la familia
No tuvo familia propia porque se casó joven y a los tres años le mataron a su esposa durante un asalto. Su hermano más joven lo maltrataba, por eso mi mamá le dijo que viniera a vivir con nosotras y así se pudo quedar aquí para siempre. A él lo engañaron y le sacaron su casa: Un señor le hizo firmar un documento, supuestamente haciendo un trueque, pero hace poco vino una chica y le dijo que la casa ya era de ella porque se la dejó su papá.
– Loreley
A pesar de que el mundo ha abusado de él y de su buena voluntad, Lolo se encuentra en donde debe estar: con su familia, que lo quiere. Así, el bisabuelo de Loreley y Génesis sigue protegiendo a sus pequeñas, con gusto y demasiado entusiasmo. Y no se le ven intenciones de parar.