Es muy común que a veces tengamos alguna relación que lejos de hacernos felices nos hagan sentir incómodos, por lo que terminamos sintiéndonos inseguros sobre nuestra decisión de seguir adelante. Sin embargo existen ciertos motivos, que si bien no son justificados, aún así nos impiden terminar por lo sano; ya sea el cariño, el tiempo invertido, la costumbre, o cualquier otro “pretexto”.
Si sientes que tu relación es como una jaula de donde no puedes salir fácilmente, aquí hay algunas estrategias basadas en un estudio de Psychology Today, que podrías considerar para tomar la decisión de terminar con tu pareja antes de que sea demasiado tarde y ambos salgan más perjudicados.
1. No confundas la adicción con el amor
Este tema puede ser algo complicado, ya que los dos conceptos son muy parecidos cuando hablamos de funcionamientos neuroquímicos. Estudios han demostrado que cuando las personas están intensamente enamoradas y se exponen a fotografías de sus parejas, las regiones cerebrales que se activan son las mismas que reaccionan en los adictos a la cocaína cuando están ansiosos por el consumo.
Incluso si el amor tiene algunas cualidades similares a las adicciones, el amor saludable también puede incluir otras cualidades, como el respeto, la confianza y el compromiso, cualidades que mantienen una relación fuerte incluso en aquellos días en que la emoción y la pasión no están a la vanguardia.
Por el contrario, el amor adictivo tiende a centrarse más en alcanzar los estados altos de emoción sin importar el costo. Las parejas cuyo comportamiento es impredecible, por ejemplo las personas que no prestan mucha atención a la relación, tienden a crear una necesidad en su pareja, por lo que comúnmente la otra parte anhela y crea una adicción que pasa a desapercibida.
Si intentas liberarte de una relación que sientes más como una adicción que como un vínculo amoroso, una estrategia es replantear tus pensamientos y emociones sobre esa persona como si fuera un proceso clínico, para ganar una distancia saludable.
Por ejemplo: después de una semana de no saber nada de esa persona, sientes un vacío en el pecho. Lo que puedes hacer es replantear tu situación y pensar de forma científica, pues se trata de tu cerebro liberando dopamina y haciéndote sentir esa sensación de anhelo. Se frío contigo mismo y no te dejes llevar por los efectos químicos de tu cerebro.
2. Date un descanso
Puedes clasificar a las personas en dos grupos: los que te hacen sentir cómodo y bien contigo mismo y aquellos que hacen lo contrario. Desde esa perspectiva puedes ubicar a tu pareja en uno de los dos grupos.
Si tu novia o esposa está en el grupo de los que te hacen sentir como un perdedor, lo más probable es que utilices la autocompasión. Esto implica que intentes hacerte sentir bien a ti mismo de que no eres una persona terrible, y que tu situación no es tan mala, pues el vecino ha pasado por cosas peores.
Tienes que dejar a un lado ese tipo de autocompasión, pues ésta también implica hacer lo mejor para ti, como lo harían las personas que te quieren; tu familia, amigos y una buena pareja son personas que jamás intentarán lastimarte.
Es necesario que aprendas a utilizar la autocompasión para tu beneficio y no para quedarte en el hoyo, aquí te dejamos un enlace publicado por el sitio de la BBC que podría ayudarte con eso.
3. Céntrate en un plan
Las personas que hacen cambios verdaderos y permanentes en sus vidas, son las que se mantienen firmes y tajantes con sus planes, partiendo de un simple “sí” o un “no”. Se ha demostrado que estos planes ayudan a las personas a evitar la tentación, y por lo contrario terminan cumpliendo objetivos de salud, económicos y de planificación a futuro.
Lamentablemente las personas tienden a decir “sí” de una manera predeterminada que lejos de ayudarlos, funciona en su contra. Esto está directamente relacionado cuando te aferras a esa persona que te está haciendo daño. Lo sabes, pero cuando sientes un vació por su ausencia tiendes a decir “sí” a hablarle y verla, y continuar así con el círculo vicioso. Puedes cambiar esa sensación centrándote en un buen plan, como por ejemplo: llamar a un amigo, escuchar música reconfortante, practicando un deporte o haciendo cualquier cosa que te fortalezca.
Haciendo esto a menudo, tu cerebro se adaptará a cumplir los planes al pie de la letra y tú renacerás en un nuevo ser libre.
4. Desafía la disonancia cognitiva
Nuestro cerebro cumple una función de justificación cuando hacemos cosas estúpidas para no sentirnos mal por ello, a esto se le llama disonancia cognitiva.
Esta es la razón por la que tendemos a estar con personas que nos hacen daño, pues nuestro cerebro nos hace pensar que no está tan mal después de todo y esa es una de las razones por las que es tan difícil liberarse de las malas relaciones, especialmente cuando hemos estado en ellas durante mucho tiempo.
Si no podemos reconocer y aceptar esto, podríamos seguir justificando nuestro compromiso actual con la relación, lo que a su vez justifica nuestra decisión anterior de permanecer en ella. Ser consciente de la forma en que tu mente puede jugarte sucio puede ayudarte salir de la trampa.
5. Se dueño de tu decisión
Terminar una relación puede ser una lucha larga y dolorosa, y no es fácil hacerlo solo. Necesitarás un buen equipo de apoyo para mantenerte al día y ayudarte a completar tu vida con actividades saludables y positivas.
En última instancia, la decisión de terminar una relación es tuya. Cuando todo lo demás falla, a veces es útil dar un paso atrás y cuestionarte sobre lo que realmente quieres para tu vida. Sin duda las respuestas siempre irán ligadas a la felicidad.
¿Qué es lo que en verdad quieres?
Solo tu sabes la respuesta correcta, nadie más.