“Ponerse en los zapatos del usuario” es el corazón de la arquitectura empática. Los realizadores crean sus obras pensando en qué querrían ellos si estuvieran haciendo el espacio público para sí mismos o sus seres queridos.
A continuación tenemos 20 ejemplos de cómo la arquitectura empática puede ayudar a la gente a sentirse incluida, disfrutar más de los lugares públicos e incluso a salvar vidas. Varias de estas ideas serían buenas para nuestras propias comunidades, así que a tomar notas.