Estados Unidos lanzó hace unas semanas la GBU-43/B, mejor conocida como la Madre de Todas las Bombas (MOAB, por sus siglas en ingles), la mayor bomba no nuclear que equivale a 11 toneladas de TNT. Sin embargo, tras la caída de la bomba, el gobierno americano se ha mostrado muy reservado por los detalles destructivos alcanzados por dicha arma.
https://www.youtube.com/watch?v=WnZvOBlceZw
No obstante, recientemente se han publicado algunas fotografías que muestran la zona afectada por la GBU-43/B, en la provincia afgana de Nangarhar.
Aunque el ataque iba dirigido a los túneles clandestinos y las cuevas de concentración de militantes del Estado Islámico, las imágenes de las zonas afectadas muestran un nivel destructivo muy inferior, si se compara con la bomba nuclear que puso fin a la Segunda Guerra Mundial.
Las fotografías muestran algunas construcciones que aún se mantienen, zonas montañosas destruidas y árboles quemados; mientras que datos ofrecidos por los oficiales afganos arrojan un número de muertes de cerca de 100 militares y civiles.
Sin embargo, esta información no ha sido confirmada por el ejército estadounidense, que aún no ha revisado los túneles en búsqueda de cuerpos, puesto que, según el Secretario de Defensa de Estados Unidos James Mattis, esta labor sería una pérdida de tiempo:
“Francamente cavar dentro de los túneles para contar los cadáveres no es un buen uso del tiempo de nuestras tropas, cuando ellas están persiguiendo a los enemigos que aún se encuentran en pie”.
De momento no se ha ofrecido información veraz sobre los cuerpos o daños reales de la bomba, destinada a destruir la entrada de un túnel clandestino usado por las fuerzas del Estado Islámico en la provincia de Nangarhar. En dicha zona se desarrolla una batalla entre fuerzas americanas y los rebeldes.
Este enfrentamiento mantiene alejados a investigadores independientes o medios de comunicación para analizar a ciencia cierta los daños que ha la bomba tras su explosión.
Las imágenes mostradas son hasta ahora la única evidencia que muestra el daño alcanzado por la bomba, que forma parte del plan de ataque del gobierno estadounidense contra las fuerzas del ISIS.
Los militares americanos estiman que existen cerca de 600 a 800 combatientes del Estado Islámico en Afganistán, la mayoría en Nangarhan, lugar donde cayó la Madre de Todas las Bombas.