Al ver Breaking Bad, la mayoría de nosotros sintió empatía por el frustrado profesor de química Walter White, a quien se le diagnosticó cáncer pulmonar y en un intento de sacar adelante a su familia terminó fabricando y vendiendo metanfetamina.
Tal vez la primicia de esta historia inspiró a algunos cuantos, como a un profesor en China a quien se identificó con el nombre de Zhang. Este hombre fue sentenciado a cadena perpetua después de aplicar lo aprendido en Breaking Bad: cocinó y vendió metilona.
El profesor trabajaba a la par con su socio llamado Yang, operando desde el 2005 con una empresa que comenzó a crecer vendiendo principalmente revestimiento médico y disolventes.
Sin embargo, entre esos productos estaba la metilona, una droga psicotrópica que puede inducir altos eufóricos.
Eventualmente, el par se dio cuenta de que vender la metilona por si sola generaba bastantes ganancias, por lo que la comenzaron a manufacturar, y la hicieron llegar a compradores fuera del país, recaudando 578 mil dólares al año.
Todo era miel sobre hojuelas, pues no tenían carteles rivales; por el contrario, eran ellos quienes proveían a mafiosos en el lugar. Sin embargo, todo se fue en picada en 2014, cuando la aduana dio con nueve paquetes que contenían la droga.
La policía se las arregló para rastrear los paquetes hasta dar con el laboratorio del profesor Zhang, por lo que los arrestaron con ocho de sus cómplices. Además, los oficiales aseguraron 20 kilogramos de metilona recién elaborada.
Ahora el profesor pasará una vida en prisión, y su compañero fue condenado a muerte, aunque con un período de suspensión de dos años (lo que significa que sólo será ejecutado si se descubre que cometió un delito intencionalmente en los próximos dos años).
China tiene una de las penas más duras del mundo para las leyes de drogas, con el país conocido por imponer la pena de muerte para los narcotraficantes.