El Mauna Loa es un enorme volcán hawaiano cuyo nombre significa “Montaña Larga” y junto con el volcán Kohala, el Hualalai, el Kilauea y el Mauna Kea forma la Isla de Hawái, que es la isla más grande del estado estadounidense homónimo. El Mauna Loa es tan grande que la mitad del territorio de la isla forma parte de su mole.
A pesar de que sus erupciones no suelen ser explosivas, la reciente erupción, que ocurrió el 27 de noviembre, alrededor de las 11:30 p.m., ha puesto en alerta a la población de la isla de Hawái, para quienes significa un posible peligro o riesgo de salud, así como a la comunidad científica, que ve en el acontecimiento una oportunidad para estudiar la actividad volcánica única del Mauna Loa. La erupción, que pudo ser vista desde el espacio, produjo lava que podría tardar semanas en llegar a sitios habitados de la isla.
Un titán latente
El Mauna Loa es una de las maravillas del mundo. El volcán activo más grande de la Tierra ocupa la mitad de la isla de Hawái, tiene una altitud de 4.169 km sobre el nivel del mar y una superficie de 5271 kilómetros cuadrados. Se cree que ha estado activo desde hace 700 mil años y que emergió del mar hace cerca de 400 mil años.
Se cree que su origen se remonta a prácticamente un millón de años y sus erupciones se han registrado desde enero de 1843, aunque un misionero dice haber presenciado la primera erupción histórica en 1832. Además, los antiguos hawaianos hablan de erupciones desde que poblaron la isla hace 1500 años. Desde la primera vez en la historia en que se le vio activo, ha hecho erupción cada cinco años y medio en promedio, con un total de 33 veces hasta 1984, cuando ocurrió un abrupto cese en su actividad.
Más un tesoro que un peligro
A pesar de que uno esperaría que “la erupción del volcán más grande del mundo” fuera inmediatamente una razón de terror para todos los que habitan cerca, con el noble Mauna Loa, en realidad, no es el caso o aún no ha dado motivos para tan fatalista reacción. Su lava pobre en sílice y muy fluida rara vez ha puesto en peligro a la población por las pendientes poco pronunciadas del volcán. Además, sus erupciones no suelen ser explosivas, lo que significa que su alcance no amenaza inmediatamente a las poblaciones de la isla.
Por su parte, los científicos sí que ven motivos para regocijarse por esta erupción. El profesor Andrew Hooper dice que esta erupción permitirá a una nueva generación estudiar el funcionamiento del volcán. Pero, por otro lado, tuvo que admitir que los gases volcánicos que producen vog (niebla volcánica), tales como el dióxido de azufre y el cloro, podrían causar daños a la salud de las personas, aunque actualmente la calidad del aire en la isla sigue siendo bueno, según las autoridades.
La erupción de 1984 y lo que le espera a Hawái
Cuando ocurrió la última erupción del volcán, allá por 1984, ya había habido un gran número de pequeños terremotos, que iban en aumento paulatinamente, y la cima del Mauna Loa fue “inflándose” gradualmente hasta alcanzar un punto crítico. Finalmente, a la 1:25 a.m. del 25 de marzo de 1984, minitemblores en rápida sucesión (dos a tres por minuto) dieron paso a una erupción muy similar a la ocurrida este 27 de noviembre. La erupción de hace 38 años siguió un curso que se espera que ayude a predecir el comportamiento general del actual fenómeno.
Así como en 1984, el flujo de lava no alcanzó a Hilo, la ciudad costera que representa el mayor núcleo poblacional de la gran isla de Hawái, y se vaticina que la actual erupción tampoco cause estragos en la urbe. Hasta ahora, el comportamiento del flujo de lava se ha mantenido dentro de lo esperado, pues la lava no está dirigiéndose hacia las poblaciones más cercanas, sino hacia el noreste, lo que significaría que antes de causar cualquier daño a la propiedad tendría que viajar un largo trecho. Además, los ríos de lava son tan lentos que es “posible quitarte de su camino con facilidad”, por lo que en general se considera que no son una amenaza.