Estos organizadores de eventos sí que se endeudaron en Coppel y sacaron el estéreo más cariñoso para poner música a todo volumen. Tanta fue la potencia que hasta la onda de sonido se hizo visible y palpable en el rostro del público, lo que debió significarle un aturdimiento inmediato.
El video es de procedencia incierta, pero muestra cómo los organizadores de un show musical formaron un muro de bocinas que escupieron una gran onda de sonido que parecía decir: “Esta bocina es mía y de mis huevotes”. En el clip podemos ver cómo la gente se encuentra sorprendida por el volumen de la música, pero, de repente, esta se vuelve un golpe real en sus rostros.
A según, como dicen las doñas, no se sabe con seguridad dónde tuvo lugar esta fiesta sónica. Sin embargo, muchos aseguran que una descarga así puede ser muy dañino para el oído humano, por lo que han señalado que no hay que pasarse de decibeles, pues podrían dañar el oído interno de los escuchas y hasta provocarles sordera.
En el video puede observarse que los escuchas se encuentran muy cerca de la pared sónica y cuando empiezan las fuertes ondas, casi todos se tapan los oídos con las manos. Pero hay algunos que no se cubren, creyendo que el gran volumen los hará disfrutar más del rave, pues se trata de una secuencia de bajo tipo trance.
La verdad es que esta clase de volumen, como ya dijimos, te puede afectar de manera permanente; esto es lo que no saben algunos vecinos que ponen su equipo de sonido a todo lo que da cada fin de semana. Antes de poner un sonidero, les recomendamos que acudan al técnico más chipocludo del mundo: “El bumper”, para que no causen daños a la salud de sus bailadores.