Un vehículo autónomo de Google se estrelló contra un autobús en California. Aunque éste no es el primer accidente de este tipo -con raspaduras pequeñas, debido a un error humano-, puede ser la primera vez que el propio vehículo haya causado los daños.
El coche viajaba a tres kilómetros por hora, y en algún momento decidió salir delante de un autobús que se movía a 24 kilómetros. El pasajero que iba en el coche Google supuso que el vehículo del transporte público reduciría su velocidad con el fin de permitirle virar a su izquierda, pero cuando vio que podría colisionarse simplemente no anuló el equipo de auto-conducción.
Un informe dado a conocer públicamente, señala que el algoritmo de a bordo no entendía que algunos vehículos -incluyendo autobuses – son menos propensos a ceder el paso a los autos más pequeños que otros. Google ya ha declarado que actualizó su software, y dijo que sus ingenieros y programadores “esperan manejar situaciones como esta con más gracia en el futuro”.
Aunque no hubo heridos en el incidente que resultó un poco dramático, Google se ha reunido con el Departamento de Vehículos Motorizados de California (DMV) para discutir la responsabilidad. Si el automóvil resulta culpable, será un pequeño revés a la iniciativa de los autos autónomos de Google.
Google aceptó algo de responsabilidad por el incidente, en que la camioneta Lexus, a pesar de estar equipada con cámaras y sensores, chocó con el costado del autobús.
Google escribió que su auto trataba de evadir sacos de arena en una intersección cerca de su sede empresarial en Mountain View, California, cuando la parte delantera izquierda chocó con el costado derecho del autobús. El coche de Google trataba de virar a la izquierda para evadir los sacos de arena que estaban a su derecha, y poder doblar a la derecha.
El pasajero escolta del carro —que según leyes estatales tiene que estar en el asiento delantero del vehículo y debe tomar el control en caso necesario— pensó que el autobús iba a ceder cuando ocurrió el choque, según el reporte.
Aunque Google no le echó la culpa a nadie, emitió un comunicado aseverando que “claramente algo de la responsabilidad recae en nosotros porque si nuestro vehículo no se hubiera movido, no hubiera ocurrido el choque”.
El comunicado calificó el incidente “un ejemplo típico de la complejidad de conducir, todos estamos tratando de adivinar el movimiento del otro vehículo”.
Los carros Google han estado involucrados en casi una docena de colisiones en Mountain View y sus alrededores desde que comenzaron a ser sometidos a prueba en las calles de la ciudad a comienzos del 2015. En la mayoría de los casos, fueron los carros Google los que fueron chocados por otros. Nadie ha quedado lastimado de consideración.
Apenas el mes pasado, los reguladores de la National Highway Traffic Safety Administration de EU (NHTSA) decidieron que los coches de auto-conducción deben ser tratados como conductores humanos. Esto significa que no hay ningún requisito legal para que un humano tenga el control de un coche autónomo, lo que plantea una pregunta interesante: Si un coche de auto-conducción se estrella contra otro vehículo, ¿quién es el culpable?
En 2010 se registraron en EU 2.24 millones de accidentes de tránsito, casi siempre debido a un error humano; en total, se perdieron más de 35,000 vidas. Los coches autónomos se supone, en última instancia, podrían reducir estos números lo más posible.
De hecho, un reciente informe de la Entidad de Gestión de Centros Comerciales en el Reino Unido, sugirió que el 95 por ciento de los accidentes de tráfico se podrían evitar si los vehículos de auto-conducción son ampliamente adoptados.