Una mujer australiana que se dispuso a escalar el Everest para demostrar que “los veganos pueden hacer cualquier cosa” murió el sábado, después de desarrollar el “mal de altura”.
María Strydom, de 34 años, había llegado hasta el campamento de la cumbre, cuando ella y su marido, Robert Gropel, ambos veganos, comenzaron a sufrir por un edema pulmonar, lo que se conoce como “mal de altura”, lo que provocó la acumulación de líquido en el cerebro de Strydom, informó el Washington Post.
Su marido sobrevivió y fue llevado a un hospital para recibir tratamiento en Nepal. “Físicamente está bien, creemos”, dijo Heinz Gropel, el padre de Robert, y agregó, “Mentalmente es un desastre. Él acaba de perder a su esposa. Estos chicos no eran aficionados, son experimentados escaladores”.
Strydom había decidido escalar la montaña para demostrar que se puede lograr cualquier cosa aunque lleves una dieta vegana, toda vez que un profesor de la Universidad de Monash dijo en el blog de la universidad: “Parece que la gente tiene esta idea deformada de que los veganos están desnutridos y débiles”. A este respecto, Strydom dijo en su momento:
“Al subir las siete cumbres queremos demostrar que los veganos pueden hacer cualquier cosa, y más”.
Desafortunadamente, además de esta mujer, también murieron otras dos personas en el Everest: Eric Arnold, de 36 años de edad, que era parte del equipo de escalada de la pareja, y Phurba Sherpa, de 25 años, según la CNN. Alrededor de 30 escaladores más han enfermado o congelada cerca de la cumbre, señala Associated Press.
La compañía de senderismo es Arnold Coster Expediciones, quienes, según la hermana de la mujer fallecida, ni siquiera llamaron para expresar sus condolencias. Además, dijo, la familia ha oído historias contradictorias acerca de cómo y dónde murió.
Hasta el momento no se ha podido recuperar el cadáver de la montaña…
“[El esposo] no quiere irse sin ella”, dijo la hermana. “Teniendo en cuenta que ella está a 8000 metros de altura en una montaña, nos parece que no hay nada que podamos hacer. No podemos ir a verla, ni bajarla nosotros mismos”.
Cientos de cuerpos de excursionistas que perecieron al tratar de llegar a la cima, permanecen en la montaña, ya que es muy difícil recuperarlos…
“Simplemente no se siente bien dejarla allí sola. Esto hará que sea mucho más difícil”, indicó.
La compañía de expedición confirmó en un comunicado que Strydom [quien también era conocida como Marisa] no llegó a la cumbre: “A medio camino entre la Cumbre del Sur y el Balcón apenas era capaz de moverse y estaba muy confundida”, escribió la compañía en su página.
“Su marido y varios Sherpas lucharon toda la noche para bajarla, y milagrosamente pudo volver a las 02 a.m. al Sur, esa noche, después de pasar 31 horas fuera del campamento.
“Logramos estabilizarla esa noche con medicina y oxígeno, y Marisa fue capaz de caminar fuera de la tienda de campaña por sí misma a la mañana siguiente. El helicóptero de rescate solo es posible que aterrice en el Campamento 3, así que continuamos nuestro descenso a la mañana siguiente.
“Marisa era capaz de caminar por sí misma, pero a las dos horas fuera del campamento, se derrumbó, en el punto conocido como ‘Geneva Spur’. Su marido intentó reanimarla, pero esto no fue posible. Rob fue evacuado en helicóptero desde el Campo 2 al día siguiente y está en Katmandú ahora”.
Los equipos de rescate siguen reunidos para tratar de recuperar el cuerpo de Strydom, así como la de un compañero que también murió.
Mientras tanto, un tío del marido, dijo que había advertido a la pareja de no intentar el ascenso.
“Tenía un presentimiento, una mala sensación. Les dije: ‘No quiero que vayan’, no serán muy felices con eso”.
Por otra parte, aseguró que su sobrino y su esposa estaban en excelente forma antes de la escalada, pues habían realizado un entrenamiento intenso.
Finalmente, el tío subrayó:
“El Everest es un asesino. Hay 200 cadáveres allí que decoran el camino. Son todas las personas que pensaban que podían subir y luego bajar”.