Para distraerse y pasar un buen momento sin dejar de lado esas salidas a beber un trago con los amigos, este par de vecinos construyó su propio espacio justo en la cerca que divide sus jardines, para así gozar de la vida sin dejar de seguir las medidas preventivas dictadas por el distanciamiento social en el Reino Unido.
Chris y Abbie Courtney empezaron bromeando con crear su propio bar en el jardín, ya que están obligados a permanecer en casa, pero no sólo eso, sino que les pareció una buena idea compartirlo con sus vecinos Nichola y Marc Lewis, y de pronto pensaron que era el momento de hacer realidad ese proyecto en conjunto con sus amigos y así pasar mejor la cuarentena, con creatividad.
La pareja tenía madera en su jardín, que había ido reuniendo con el paso del tiempo, así que nada más faltaba poner manos a la obra y, eso sí, respetar la sana distancia, por lo que Chris colocó unos indicadores a ambos lados de los jardines para mantener dos metros entre los “asistentes” al bar y asegurarse de que no haya riesgo de contagiarse con el coronavirus.
Sólo queremos hacer reír a la gente y divertirnos. Se trata de amistad y amor por nosotros, y de estar en contacto con nuestros seres queridos. El bar está abierto las 24 horas del día y no costó nada construirlo. Más que nada, es divertido y genial para nosotros porque tenemos algo que esperar cada noche. Siempre estará allí ahora y los recuerdos permanecerán con nosotros.
¿Cómo sabes que tus vecinos no son amables? Ahora es el momento de decir ‘tomemos un trago encima de los muros. Quememos los puentes’. Mientras podamos hacer sonreír a la gente, no nos importa, estamos felices.
—Abbie Courtney
La idea de tener el bar surgió desde 2017, y aprovechando que están en casa se pusieron a construirlo para concretar ese sueño, y es que sólo en cinco horas Chris lo tenía listo. Su vecina labora en un hospital, así que también lo construyeron para que pueda relajarse y beber un trago luego de sus jornadas de trabajo, por lo que está igual de emocionada que sus amigos.
Regresamos a mi ciudad natal cuando estaba embarazada en 2015 e instantáneamente nos llevamos bien con los vecinos, pero realmente no socializamos con ellos hasta finales de 2016, porque mi esposo y yo trabajamos lejos. Dijimos ‘sabes qué, en realidad deberíamos doblar nuestra cerca para que, si alguna vez los niños están en la cama, podamos tomar unas copas y socializar sobre la cerca’. Cuando supimos que el cierre definitivamente estaba en camino, sabíamos que necesitábamos hacer algo. Lo retrasamos hasta que dije ‘bien, vamos. Hazlo ahora’.
Conseguí que mi esposo lo hiciera y lo mejor es que no me costó ni un centavo. Mi esposo es un acumulador y tenía todos los tablones de madera. Renovamos nuestra casa, por lo que teníamos sierras y todo. La hija de ocho años de nuestro vecino diseñó el letrero y lo hicimos. Ya teníamos la pintura. Ese fue su trabajo de educación en el hogar, fue brillante.
Las familias ahora tienen un bonito espacio en sus jardines para convivir, lo mejor de todo es que ahora se ahorran una buena cantidad que antes se gastaban en los bares, y además tienen la tranquilidad de que sus hijos están en casa y los pueden estar vigilando a cada instante. Seguro estás pensando que tienes varios tablones de madera en el patio, ¡pues no lo pienses más!