El turista es una especie rara, sin sentido común, en la que todos nos podemos convertir cuando viajamos, pero generalmente son los extranjeros europeos o gringos quienes incurren en faltas de respeto hacia el patrimonio arqueológico de las culturas ancestrales, como este polaco que se pasó “polacola” el cordón de seguridad de una pirámide maya y subió a pesar de que el acceso estaba prohibido.
Así es, a un turista le valió tres kilos de kielbasa o salchicha polaca, de esa toda de güero desabrido, y subió las ruinas protegidas de la pirámide o templo de Kukulcán en Chichen Itzá. A pesar de que la zona arqueológica se encuentra acordonada, el hombre de origen polaco hizo caso omiso del límite y tuvo que ser bajado de la pirámide por los encargados del sitio.
Lo que no se esperaba es que al descender de la pirámide, un hombre de short floreado lo estuviera esperando, cual mamá con chancla en mano, para darle una reprimenda por su falta de respeto y que le asestara un buen palazo marca cheems en la mera cabezota, ahora sí que: bonk. Por supuesto, lo tenía bien merecido, pero, afortunadamente, el polaco fue puesto a resguardo de las autoridades y ahora será sancionado.
Esta clase de acciones siempre dan harto coraje, pero nos dan más coraje a todos los que nunca hemos ido a Chichén Itzá. Todavía que andan en un lugar sagrado y hermoso con su moneda en la que todo les sale infinitamente más barato que a los propios mexicanos y salen con sus cosas de eurocentrismo en lugar de simplemente admirar las construcciones antiguas que revelan una vida ajena, desconocida y compleja.
Otra vez un extranjero se subió a Chichén Itzá, y esta vez hasta palazos le tocaron. Este hombre procedente de Polonia ignoró los cordones, acá el video:
— Meredith Gay 🛋️✨ (@MerGarza) January 29, 2023
Esta pirámide es famosa por su juego de luces durante los equinoccios de marzo y septiembre, pues por su escalinata se ve cómo una sombra larga como serpiente desciende, un efecto que fue logrado con maestría por los antiguos arquitectos mayas.
Por lo pronto, a este extranjero ya le entró la serpiente emplumada por toda la Polonia, pues la multa puede rondar entre los 50 mil y los 100 mil pesos, o sea, de 2500 a 5000 dólares. Desafortunadamente, el auge del turismo ha hecho que estos casos sean cada vez más frecuentes, ya que las personas quieren a toda costa conseguir una fotografía para sus redes sociales, sin detenerse a pensar que deterioran monumentos antiquísimos e importantes.