Siempre hay arrepentimientos por cosas que hemos o no hemos hecho… pero tal vez no se compare con lo que hizo Ronald Wayne de 82 años, el tercer co-fundador de Apple, quien vendió sus acciones por $800 dólares antes de que se convirtiera en el gigante mundial.
Wayne conoció a Steve Jobs cuando trabajaban en Atari, antes de que él, Jobs y Steve Wozniak fundaran la compañía en 1976. Mayor que los otros dos, fue reclutado por su experiencia. Wayne era el hombre decisivo cuando Wozniak y Jobs no se ponían de acuerdo… la voz de la experiencia…
Además, dibujó el primer logo de Apple, escribió el primer acuerdo entre los tres y escribió el manual de la primer computadora de la compañía, la Apple I. Él recibió 10% de la compañía, los otros dos creían que era “equilibrado y razonable”. Pero Wayne dejó la compañía por $800 dólares menos de quince días antes de registrar la compañía en 1976.
Ese mismo año la compañía desarrolló un plan de negocios y convirtieron su sociedad en una corporación. En su primer año de operaciones, las ventas de Apple alcanzaron $174 mil dólares. El siguiente año los $2.7 millones, en 1978, $7.8 millones y en 1980, $117 millones.
Wayner nunca vio nada de eso, porque luego de dejar Apple, aceptó $1,500 por negarse a posibles reclamos a la compañía. Sin embargo, afirma que no se arrepiente de su decisión, diciendo que fue la mejor decisión para él entonces. En una entrevista con The Daily Telegraph, dice:
“Sentí que la empresa sería exitosa, pero al mismo tiempo que habría muchos baches en el camino y no podía arriesgarme. Había tenido una experiencia de negocios desafortunada. Estaba muy viejo y ellos eran como torbellinos. Sentía que tenía al tigre por la cola y no podía seguirles el paso a estos chicos.
“¿Que si me gustaría ser rico? Cualquiera quisiera serlo, preo no podía seguir el ritmo. Podría ser rico, pero sería el hombre más rico en el cementerio”.
Aunque Jobs quería que regresara a la compañía, se resistió y prefirió trabajar como ingeniero en varias empresas de electrónica, ganando una fracción de lo que podría ganar en Apple. Curiosamente nunca tuvo un producto de esa marca hasta 2011 cuando le regalaron una iPad.
Wayne siempre dijo de su compañero Jobs, que aunque era un gran orador, socialmente era incómodo por ser una persona manipuladora. En 2013, dijo:
“Si tuvieras que escoger entre Steve Jobs y un cubo de hielo, preferirías el cubo de hielo por más cálido. Era su manera o nada en muchas de sus decisiones de negocios.
“Tenía una actitud enfocada y determinada. Si había un lugar a donde quisiera ir, el último lugar al que quisieras ir es entre él y ese lugar, ¡porque tendrías una huella en tu frente!”
Incluso aunque no era parte del negocio, Wayne se quedó con el acuerdo original de Apple. Se firmó en 1976 por Jobs, Wozniak y él mismo, y lo vendió en los años 90 por $500 dólares. En un último golpe, el contrato se vendió en 2011 por $1.6 millones.
Ahora dice que el único arrepentimiento que tiene es haber vendido ese contrato por tan poco dinero. Un 10% del valor de la compañía son cerca de $63 millones actualmente. Wayne está retirado y vive en Pahrump, Nevada, en una casa móvil vendiendo estampas y monedas raras.