Un nuevo estudio sugiere que el parásito conocido como Toxoplasma gondii (T. gondii), que transmiten los gatos y ratas, nos hace más atractivos para que así podamos tener más chance de mojar la brocha y que él se pueda esparcir por el mundo entero. Prácticamente nos hace sus p*rras.
La investigación publicada en la revista científica Peer J llegó a la conclusión de que los hombres con este parásito tenían mayor simetría facial, lo que es uno de los rasgos físicos que más prenden al ser humano o una característica infalible del atractivo por el que las morritas se mueren.
Hay pruebas de que Toxoplasma gondii (T. gondii) manipula las características fenotípicas de sus huéspedes intermedios para aumentar su propagación.
De acuerdo con el estudio, las mujeres sufren otros cambios. Por ejemplo, su masa corporal disminuye, lo que las hace sentir más seguras de su atractivo, elevando así sus oportunidades de encontrar pareja. Así es, el parásito nos utiliza como muñecos, como cuando juntabas a tu Action-man con la Barbie de tu hermana.
El estudio se realizó en dos etapas. Primero, con 35 infectados y 178 sujetos no infectados, a quienes se les aplicaron diversas pruebas como fotografías y preguntas sobre su actividad sexual. Luego 205 personas evaluaron las fotografías y dieron su opinión sobre lo atractivo de cada persona.
Los resultados arrojaron que las personas percibían como más saludables y atractivos a las personas que estaban infectados. Además, el análisis de las fotografías que se estuvieron tomando a la misma hora, con el mismo lente y la misma iluminación develaron que los infectados lucían más simétricos.
En primer lugar, descubrimos que los hombres infectados tenían una asimetría fluctuante facial más baja, mientras que las mujeres infectadas tenían una masa corporal más baja, un índice de masa corporal más bajo, una tendencia a una asimetría fluctuante facial más baja, un mayor atractivo autopercibido y un mayor número de parejas sexuales que las no infectadas. A continuación descubrimos que los hombres y mujeres infectados se consideraban más atractivos y saludables que los no infectados.
Las conclusiones del estudio señalan que el parásito T. gondii puede modificar nuestro fenotipo o características físicas, así como alterar nuestro comportamiento, lo que nos hace pensar en esos hongos que parasitan a las hormigas y las vuelven zombis.
T. gondii es un parásito que puede afectar potencialmente a las características fisiológicas y de comportamiento de sus huéspedes intermedios. Algunos de estos cambios pueden aumentar el éxito de apareamiento de los hospedadores y, por lo tanto, representan beneficios relacionados con la transmisión para el parásito.