Trabajar o no trabajar para ganarse la vida ya no será un problema en Suiza en un futuro próximo. Y es que los suizos se preparan para acudir a las urnas el próximo 5 de junio para votar por un referéndum que permita crear un salario mínimo mensual garantizado para todos y sin hacer preguntas.
Esta iniciativa propone que el gobierno federal aplique un ingreso mínimo de 2,442 dólares mensuales a los adultos, mientras que para los niños 620 dólares, “cantidad suficientemente alta para que las personas vivan con dignidad”, dice la propuesta.
¡Suiza puede ser el primer país en el mundo en implementar esta medida!, lo que representaría un cambio de paradigma. No obstante, esto tiene a los empleadores preocupados, pues los sindicatos afirman que los niveles salariales deben reflejar los precios del país, mientras que el gobierno dice que va a dar lugar a un mayor desempleo.
Esta idea le costará al gobierno más de 208 mil millones de dólares al año, más de 150 mil millones se pretenden tomar de los impuestos, y el resto de los fondos del seguro social. “La solución a la pobreza es abolirla directamente con una medida ampliamente cuestionada: un ingreso garantizado”, escribió Martin Luther King Jr. en 1967.
Y ahora, el economista austriaco FA Hayek apoya esta idea de “un cierto ingreso mínimo para todos… una especie de piso que nadie tiene por qué caer, incluso que alguien a sí mismo pueda proporcionárselo”.
La medida daría a todos los elementos básicos para vivir y, con base en eso, tener una vida plena”, dijo Daniel Straub, presidente de la iniciativa suiza ‘Por una renta básica incondicional’. Al aliviarse la presión a fin de mes, la gente estaría más creativa y productiva, dicen los defensores.
El gobierno suizo y todos los partidos políticos de este país se han opuesto a la idea con críticas a la iniciativa por considerarla peligrosa y nociva, con el argumento de que no se podría financiar. Entre sus preocupaciones, afirman, está el riesgo de la inmigración, aumento de impuestos para financiar el proyecto, la posible desaparición de algunos productos y servicios, porque muchas personas ya no tendrían la necesidad de trabajar y ganarse la vida, es decir, un desincentivo laboral.
En una reciente encuesta realizada por Demoscope, la gran mayoría de los ciudadanos suizos entrevistados dijo que seguirá trabajando incluso si cuenta con este salario mínimo básico; solo 2 por ciento dijo que no trabajaría más. El 54 por ciento de las personas encuestadas dijo que usaría el ingreso adicional para continuar con su educación, y casi el mismo número dijo que pasaría más tiempo con su familia.
Straub, cuya iniciativa comenzó a prepararla desde hace siete años para el referéndum, dice que pueden entender las críticas hasta cierto punto; cuando escuchó esta propuesta por primera vez hace diez años, su reacción inicial fue: “No hay manera de que esto pueda ser financiado, nunca”; no obstante, hoy en día una IBU sustituiría parte de los ingresos de las personas.
Sin embargo, admite que ve a este proyecto más a largo plazo, incluso duda de que el referéndum tenga éxito en esta ocasión:
“Lo vemos como un proyecto a largo plazo, esta votación es solo un paso”.
Straub considera que, de ser votada a favor por la mayoría, la introducción de un salario mínimo básico tomaría tiempo.
“Tiene que ser un proceso político de muchos años, para que todas las voces puedan ser escuchadas, que sea algo realmente democrático. No es una revolución donde queremos matar el sistema actual, la economía de mercado tiene un montón de ventajas. Sin embargo, es hora de adaptar el sistema, desarrollarlo y dar el siguiente paso”.
Mientras que alrededor del 90 por ciento de los trabajadores en Suiza ya ganan más que eso, los empresarios dicen que el establecimiento de un salario mínimo tan alto supondría el aumento de los salarios en toda la economía. El salario potencial, al ajustarse por moneda y el poder adquisitivo, sería el mínimo más alto en el mundo.
El gobierno federal multipartidista también se opone a un salario mínimo nacional, diciendo que dará lugar a un mayor desempleo. “Un salario mínimo no detendrá la pobreza,” dijo el Ministro de Economía, Johann Schneider-Ammann, en febrero.
La Federación Sindical Suiza dice que un salario mínimo no conduciría a un aumento del desempleo, ya que afectará sobre todo los sectores orientados al mercado interno, donde la externalización no es posible.
No es la primera vez que esta idea se escucha, pues en noviembre de 2015 Finlandia anunció el programa del ingreso incondicional, por el que cada uno de los ciudadanos del país recibirá 800 euros al mes. Se supone que el ingreso incondicional se convertirá en buen reemplazo de la seguridad social.