Realizar un evento como unas Olimpiadas de Invierno requiere una inversión millonaria, aunque ya se tenga algo de infraestructura, con la expectativa de recuperar ese dinero cuando se lleve a cabo el evento, lo que no siempre resulta así.
El gobierno del país organizador aporta la mayor parte de los recursos, o mejor dicho, los ciudadanos a través de sus impuestos, por lo que muchas veces hay críticas al respecto, ya que piden que tantos millones mejor se inviertan en obras de beneficio para la comunidad. Al parecer, el gobierno de Estocolmo, Suecia, escuchó esas peticiones y retiró su candidatura como sede para los Juegos de Invierno del 2022.
El alcalde de Estocolmo, junto a su equipo de trabajo, se puso a hacer cuentas y se percataron que con lo que se iba a gastar en organizar las olimpiadas alcanzaba para construir las viviendas de interés social que faltan para garantizar el derecho de los habitantes a tener un hogar digno.
Luego de analizar la situación, decidieron que es mejor construir viviendas que realizar el evento deportivo, así que retiraron su candidatura. El alcalde manifestó:
No puedo recomendar a la Asamblea Municipal dar prioridad a la realización de los juegos olímpicos si hay otras necesidades, como la construcción de viviendas.
De esta manera dejaron muy claro cuáles son sus prioridades como gobierno y cuál es la manera más efectiva de invertir el dinero público, cosa que no todos los políticos están dispuestos a hacer, pues tal vez no son medidas tan populares.
Desde 2013 se había presentado la candidatura, pero como ya se acerca la fecha, antes de que pudieran darles la sede, decidieron retirarse y en su lugar ponerse a construir casas de calidad para quienes las necesiten.
No se trata, aclararon, de que se encuentren en crisis económica y no tengan el dinero; simplemente decidieron aplicarlo a estas acciones de beneficio social, luego de un estudio de costo-beneficio de organizar un evento del tamaño de unos olímpicos de invierno.
Parece que esta es la mejor decisión que pudieron tomar.