Sabemos que la relación entre un ser humano y un perrito, en especial cuando se trata de un cachorrito, puede ser muy estrecha y si el perrito se enferma, entonces hay que hacer lo que sea con tal de que se recupere. Un pequeño de ocho años puso a la venta lo más preciado que tiene: su colección de tarjetas de Pokémon, con tal de conseguir el dinero suficiente para pagar el tratamiento de Bruce, su perrito.
Bryson Kliemann adora a Bruce desde el día en que su mamá lo adoptó y lo llevó a la casa, pero cuando el cachorrito de cuatro meses se sintió mal y lo llevaron al veterinario, llegaron las malas noticias. El perrito fue diagnosticado con parvovirus luego de que le notaran que poco a poco perdía peso y también estaba sin ganas de jugar. Así que buscaron la manera de que sanara porque esa enfermedad puede ser mortal.
Para que no fuera tan caro, Kimberly Woodruff, madre de Bryson, decidió que ella le aplicaría las vacunas necesarias cuando recién adoptaron a Bruce, pero por su falta de experiencia en esto, se olvidó que refrigerarlas. Desafortunadamente, entre ellas estaba la del parvovirus, una enfermedad que suele atacar a los cachorros.
El veterinario les dijo que necesitaban 655 dólares tan solo para tres días de tratamiento, pero la economía familiar parece que no va tan bien como para hacer frente a ese tipo de gastos. Luego de la noticia, Bryson estaba muy triste y antes de irse a dormir dijo que oraría para que su perro no muriera. Al parecer, durante la noche tuvo un momento de iluminación, pues a la mañana siguiente hizo un cartel y se colocó en la calle para vender sus tarjetas de Pokémon, lo que de inmediato llamó la atención de los vecinos.
Cuando el niño les explicó por qué hacía la venta, de inmediato hubo personas que quisieron ayudar y en dos días, Bryson reunió 400 dólares. Pero eso no fue todo, ya que su madre inició una campaña en GoFundMe y la historia conmovió tanto a los internautas que al momento han reunido más de 27 000 dólares, con lo que será más que suficiente para salvar a Bruce. Además, un empleado de Pokémon le envió una nueva colección de cartas. Un final más que feliz para todos.