Si creen que Donald Trump es radical, no conocen a Steve Bannon, el verdadero poder detrás del trono. Recién nombrado “jefe de estrategia”, Bannon es un nacionalista radical de ultraderecha, exoficial de la marina que “enderezó” la campaña presidencial de Trump, y en este momento, considerado el hombre más poderoso de la Tierra.
Como “jefe de estrategia”, tendrá una posición dominante en el Consejo de Seguridad Nacional (CSN). Este órgano, creado en 1947, tenía la tarea principal de aconsejar al presidente durante la Guerra Fría; y actualmente toma decisiones referentes a decisiones estratégicas en todo el mundo, incluídas guerras y operaciones secretas.
Bannon comenzó como director de Breitbart News, un sitio de ultra derecha que se destacó por sus discursos nacionalistas y anti-inmigrantes. Bannon además estudió en Harvard e hizo mucho dinero en Wall Street. También invirtió en la industria del entretenimiento y obtuvo grandes dividendos con la serie “Seinfeld”.
Es considerado uno de los fundadores del movimiento republicano ultraconservador “Tea Party”, que reformó al partido en la era Obama. Actualmente, es uno de los miembros cercanos del concejo de Trump. De hecho, él y Stephen Miller son las dos figuras más extremistas y escuchadas por Trump. El resto son republicanos que intentan refrenar el impulso de Trump, según analistas.
¿Por qué su nombramiento es terrorífico?
Bannon es considerado el más poderoso debido a que fue nombrado “jefe de estrategia” de la Casa Blanca. Este puesto fue creado especialmente para él. Esto es más terrorífico para todo el mundo en tanto que tiene un rol sin precedentes en cuestiones de seguridad.
En la mayoría de los casos, los presidentes tienen un consejero político, y esta persona tiene más poder que otras debido a que tiene más cercanía con el presidente. Muchas veces, la política hace a esta figura menos peligrosa por las negociaciones.
Pero esta vez parece más temible porque al parecer tiene grandes ambiciones. Los analistas le atribuyen a él decisiones como la prohibición de acceso a los musulmanes, y al parecer quiere transformar el lugar de los EE. UU. en el mundo.
Es un etno-nacionalista que llevaría al país a un choque de civilizaciones y no hay razón para creer que no lo hará en todo el orbe. El puesto de Bannon está por encima de los secretarios de Estado y del director de la CIA.
Algunos analistas han señalado el peligro que se esconde en sus discursos. Bannon expresó su deseo de prohibir la inmigración, no solo la ilegal, sino también la migración legal. Dijo que el “Occidente-judeo-cristiano” se encuentra en guerra, por ejemplo:
“Hay una gran guerra cocinándose, una guerra global, todos los días nos rehusamos a verla como lo que es, el tamaño y lo vil que es, habrá un día en que nos lamentemos por no actuar”, dijo en 2014 en el Vaticano.
Reporteros de USA Today refieren una de sus afirmaciones en radio. Compara al Islam, no a los terroristas sino a la religión, con el nazismo y el comunismo:
- “Puedes mirar hacia 1938 y decir, ‘mira, es muy oscuro en Europa ahora, pero hay mucho más oscuridad ahora, y eso es el Islam’.
- “Para ser brutalmente francos, creo que el cristianismo está muriendo en Europa, y el Islam se levanta.
- “Algunas de estas situaciones pueden ser poco placenteras, ¿pero sabes?, estamos en guerra. Claramente estamos yendo a eso, una guerra enorme en el oriente medio de nuevo”.
Pero su visión del occidente cristiano sitiado por aquellos que lo destruirán no solo se refiere a los musulmanes, aunque para él son la principal amenaza:
“Tienes un Islam expansionista y tienes una China expansionista, están motivados, son arrogantes. Están en marcha. Y creen que los judeo-cristianos de occidente están en retirada”.
En cuanto a su reciente orden de prohibir la entrada a los EE. UU. a los musulmanes, CNN reportó que según informes, esa orden provino del círculo más cercano, liderado por Stephen Miller y Steve Bannon.
Aunque es tentador pensar en Bannon como un titiritero que maneja a Trump, esto no sería correcto, pues no hay evidencia de que este último esté en desacuerdo con las ideas de Bannon. Al parecer tiene una creencia consistente de que los EE. UU. están siendo utilizados por los extranjeros. Cuando habla de asuntos de comercio internacional, siempre los pone en términos personales hablando de dominación física, culpa, humillación.
“No podemos permitir que China siga violentando a nuestro país”, dice. Cuando otro país vende más a consumidores en los EE. UU., o cuando llevan a cabo acciones militares, dice: “Se están riendo de nosotros”.
Algunos creen que la idea de construir el muro no es sobre seguridad, sino sobre limpieza étnica y cultural, que las ideas de quienes no son como ellos, cambien a su país. Trump es impulsivo y Bannon es el visionario.
En los 10 días que Trump tiene en el poder, Bannon se las ha ingeniado para amasar un gran poder en la Casa Blanca.
“Él le dice a Trump que puede hacer todo lo que prometió en campaña”, dice una persona cercana a la administración. Se ha posicionado como un enemigo del establishment en Washington, incluído el Partido Republicano.
Además, se dedicó a elegir el gabinete presidencial de primer orden, en lugar de asistir a reuniones con el presidente en las que estaban los miembros del gabinete de nivel medio. A diferencia de otros consejeros, Bannon no aparece en la televisión ni asiste a las cenas en Washington.
Eso se amplifica porque el gabinete de Trump ha sido bloqueado por los demócratas en el Congreso, lo que deja un vacío de poder aprovechado por Bannon.
Hace unos días, el “hashtag” #StopPresidentBannon se convirtió en tendencia en Twitter, luego de la orden de prohibir la entrada de musulmanes a los EE. UU.
“Steve Bannon no está en la Casa Blanca por su conocimiento en seguridad nacional, dijo Paul Begala, otrora consejero político de Bill Clinton. “Él está ahí porque es un publicista exitoso de lo que describe como derecha alterna, que es parte de la base de Trump. Es política. Él no debería tener un asiento en la mesa del consejo de seguridad”.