Algunas veces el invento más simple suele ser el más efectivo, y definitivamente este es el caso.
Durante su estancia en Nairobi, en 2007, el creador de estos zapatos encontró a una pequeña niña a la cual no le quedaban los zapatos, pero era muy pobre y no podía comprar otros. En ese momento, Kenton Lee pensó: “¿No sería maravilloso si hubiera unos zapatos que se pudieran ajustar y expandir y así los niños tuvieran un solo par que les pudiera servir?”
Este invento, en apariencia sencillo, puede cambiar la vida de millones de niños, ya que pueden crecer 5 tallas durante 5 años.
Según datos de Kenton y su empresa The Shoe that Grows, existen cerca de 300 millones de niños que no tienen zapatos. Y se deben contar también a los niños que sí los tienen, pero no les quedan.
Este zapato es el primer proyecto de una organización fundada en 2009, llamada Because International, con sede en Nampa, Idaho. Ellos se encargan de escuchar a personas en extrema pobreza, para conocer sus pensamientos, ideas y sueños para una vida mejor, y después trabajan juntos para ayudar a convertir estas ideas en realidad.
Si quieres mayor información para apoyar las labores que realiza esta organización, puedes contactar a Kenton Lee: [email protected] y al teléfono 208-989-8867.