La realidad siempre supera a la ficción, y como un ejemplo más de esto, tenemos a toda una sociedad que vive en las alcantarillas de Bucarest, la capital de Rumania, donde soportan condiciones inhumanas, derivadas de su adicción a las drogas. Sin embargo, se las ingeniaron para tener agua, comida e, incluso, internet y hasta un pequeño almacén, todo bajo la guía de su líder supremo, quien se hace llamar “Bruce Lee”.
La vida en los países de Europa del Este no ha sido fácil, ya que después de estar bajo el yugo de regímenes comunistas muy duros, prácticamente tuvieron que rearmar todo, organizarse en condiciones de extrema pobreza y guerra civil, lo que originó que miles de niños terminaran en orfanatos que estaban muy lejos de brindar un hogar cálido a todos esos infantes. Bruce Lee, el líder de las alcantarillas, creció en uno de ellos.
La pobreza, no tener un hogar, empleo y las condiciones extremas del clima poco a poco fueron orillando a estas personas a refugiarse en las alcantarillas, donde las condiciones son insalubres, hay poco espacio y lo han ido amueblando con los desechos que encuentran en la superficie. Además, se alimentan de las sobras que encuentran en las calles o con lo que alguien les regala.
Bruce Lee es el encargado de mantener el orden y distribuir las drogas a los habitantes del lugar. Bueno, al menos ha prohibido que los niños consuman las más duras, aunque eso no hace que haya daños, pues hay varios menores que inhalan solventes y pintura, lo que hace que crezcan con bajo peso y estatura, así como con otra serie de problemas. Además, se sabe de casos de infectados con VIH.
En este lugar, prácticamente sin ley, también están a la orden del día las peleas y el abuso de todo tipo. De hecho, en 2015, Bruce Lee fue arrestado, acusado de prostitución infantil, tráfico de drogas, robo de dinero y pinturas de alto valor, así como venta de armas. Sin embargo, consideran que su detención traerá más conflictos, pues de alguna manera, él mantenía el orden en esta sociedad subterránea y se teme que llegue otro líder que descontrole todo.
La mayoría de los adultos que viven aquí son huérfanos, pues el régimen de Nicolae Ceausescu tenía un plan para alejar a los niños de sus hogares y formar un ejército de fieles seguidores de su gobierno, así que los separaban de sus padres y los enviaban a escuelas donde eran adoctrinados o a hospicios bajo condiciones terribles, por lo que a la caída de este gobernante, se quedaron sin nada y la única manera de sobrevivir que encontraron fue en las alcantarillas y las drogas.
Se estima que en Rumania hay cerca de 70 000 niños trabajando, lo que es el índice más alto en toda Europa, producto de los huérfanos desde los años 90. Sin duda, un problema muy complicado, pues en el caso de quienes viven en esta sociedad subterránea ya es muy difícil que se puedan adaptar a la vida en la superficie. Lo peor de todo es que las nuevas generaciones que van naciendo ahí, repiten las mismas conductas.