Si bien es cierto que algunos deportistas pueden ganar millones de dólares mientras están en activo, deben ser muy inteligentes para saber aumentar su fortuna y seguir viviendo cómodamente cuando llegue el momento de retirarse, aunque no todos lo logran.
Un gran ejemplo de cómo tener grandes ganancias después del retiro es Michael Jordan, quien sigue siendo uno de los deportistas con mayores ingresos en el mundo a pesar de que dejó las canchas de basquetbol hace ya casi 20 años. Otro buen ejemplo es Shaquille O’Neal, quien es todo un as de los negocios.
El “Shaq” llegó a la NBA como la primera selección de 1992, reclutado por el Orlando Magic, y de inmediato sorprendió a todos por su gran poder bajo el aro. Además, tenía un enorme carisma y cercanía con el público, aunque, claro, como todo un joven, aún no sabía controlar muy bien sus finanzas.
En 1993 le llegó su primer contrato con un patrocinador y con 21 años se gastó un millón de dólares en un solo día, ya que se fue de compras y de viaje a Las Vegas. Por fortuna, esta fue solo una locura de juventud y pronto comprendió que no podría jugar para siempre, así que debía prepararse.
Estuvo 19 temporadas en la NBA, pero, según cuenta, aprendió de otra leyenda, el Magic Johnson, que en determinado momento debería retirarse y para estar preparado, tenía que ahorrar e invertir su dinero. Y así lo hizo.
Desde el 2011, año en el que se retiró de las canchas, Shaquille ha sido propietario de 155 restaurantes de la cadena de hamburguesas Five Guys, aunque después los vendió. Ha invertido en nueve restaurantes de la popular franquicia de pizza Papa John’s y es dueño de 17 locales de Auntie Anne’s Pretzels, especialistas en esta botana y en dulces.
Su pasión por la comida lo llevó a publicar su libro de cocina y en 2018 fundó su propia cadena de restaurantes de sándwiches de pollo, Big Chicken, que ya tiene más de diez locales en Las Vegas y espera llevarlos próximamente a Austin y Phoenix, además de incluirla como parte del menú en la compañía de cruceros Carnival.
Pero no solo está involucrado en restaurantes, sino que ha invertido en 150 autolavados, 40 gimnasios que operan las 24 horas, así como una sala de cine en Newark. Sin duda es un gran recorrido por el mundo de los negocios, lo que le ha valido ser uno de los oradores principales en la convención anual de la Asociación Internacional de Franquicias.
Por si fuera poco, también compró acciones de Google hace algunos años. El éxito, dice, viene cuando inviertes en algo que tú mismo comprarías, porque no se puede promocionar algo en lo que no crees o que no te comerías, aunque esto no siempre funciona.
Shaq se negó a hacer negocios con Starbucks porque él creció bebiendo chocolate y té y pensaba que esa sociedad no funcionaría, así que se quedó sin una enorme ganancia, pero sabe que así es el mundo de los negocios: en ocasiones se gana y en otras se pierde.
Además, lo hemos visto como DJ, actor y comentarista en programas de basquetbol. Todas sus actividades en conjunto le permiten tener una fortuna estimada en 400 millones de dólares, algo que no es fácil porque, de acuerdo a un estudio publicado en Sports Illustrated, el 60 por ciento de los exjugadores de la NBA quedan en la ruina en un máximo de cinco años después de su retiro.