Resulta increíble que en estos tiempos existan ciudades que son prácticamente un misterio, casi un secreto para el resto de la humanidad, pero ese es el caso de Seversk, que se ubica en Rusia, aunque existe una razón para esto.
En esta ciudad se ubican varios reactores nucleares y plantas químicas para la separación, enriquecimiento y reprocesamiento de uranio y plutonio, lo que suena muy peligroso. Hasta 1992, permaneció en secreto, como otras ciudades, y ni siquiera aparecía en los mapas. Aquí tienes 11 datos, compartidos por un hombre que vivió 27 años ahí, de lo que implica residir en una ciudad de este tipo:
1. Fuera de la vista
Los alrededores están rodeados de altos y densos árboles, lo que impiden ubicar la ciudad, y hasta hace poco tiempo no existía ni siquiera ese señalamiento que ahora tiene para indicar que por ahí está Seversk.
2. La seguridad
Toda la ciudad está rodeada por una cerca de 5 hileras de alambre de púas, pues la seguridad se toma muy en serio.
3. Pase de entrada
Para ingresar requieres de un pase especial, ya que solo se tiene un punto de acceso a toda la ciudad, resguardado por militares. Si lo olvidaste, tienes que llamar a alguien para que te lo lleve, y si lo perdiste, tardarán una semana y media en darte uno nuevo, pero en ese tiempo por ningún motivo podrás ingresar.
4. Revisión a cada momento
Aunque tengas toda la vida en este lugar, y si saliste hace dos minutos y regresas porque olvidaste algo, te revisarán de nuevo el automóvil. Lo harán cuantas veces intentes pasar.
5. El desastre es parte de la educación
En la escuela constantemente pasan películas sobre desastres nucleares, lo que forma parte de la educación que se brinda en Seversk.
6. Ventilación
Esas “cajas” de hormigón que ves, se encuentran por distintos puntos de la ciudad, y son la ventilación de los refugios que existen bajo tierra, por todas partes, en caso de un accidente nuclear.
7. La irga
Estas bayas ayudan a eliminar la radiación del cuerpo, por lo que en cada casa hay plantas de esta variedad llamada Irga.
8. Medidores
En esta ciudad el reloj principal obviamente da la hora, además de la temperatura, la fecha, y claro, los niveles de radiación.
9. Niños con máscara
Desde que se instalaron los reactores, a los niños se les enseña a entrar a los refugios, colocarse las máscaras antigas y a respirar correctamente con ellas; todo, en el menor tiempo posible.
10. Sin días de campo
En esta ciudad pasa un río, pero como el agua se usa para enfriar el reactor nuclear y luego el líquido regresa de nuevo, los ciudadanos ni siquiera se pueden acercar a él.
11. Al menos hay algo bueno
Se dice que la cerveza y el vodka son buenos para eliminar la radiación del cuerpo, así que a los trabajadores de la planta nuclear se le dan estas bebidas para mantenerlo limpio.