La ley a veces puede ser ciega y también sorda, pues en muchas ocasiones ha mandado tras las rejas a personas inocentes.
Al igual, existe el caso de Clemente Aguirre-Jarquin de 38 años, quien pasó 14 años en la cárcel y una sentencia a muerte luego de haber sido culpado por la muerte de sus vecinas , Cheryl Williams de 47 años, y Carole Bareis de 68.
Luego de su arresto en el 2004, las autoridades dijeron que había evidencia incriminatoria; su ropa empapada de sangre, huellas y una corbata junto al arma homicida.
El hombre hondureño no notificó a las autoridades por temor a la deportación debido a su estatus de indocumentado. Ahora se encuentra libre gracias a que un tribunal de Florida lo declaró inocente. Sin embargo aún podría enfrentarse a la extradición.
Al salir de la corte, el hombre fue trasladado a las oficinas de Inmigración y Control de Aduanas, posteriormente fue liberado oficialmente. Con respecto al tema de la deportación, los abogados de Aguirre-Jarquin comenzaron a buscar una solicitud de asilo para él.
El veredicto final se dio gracias a que nuevas pruebas de ADN vincularan los asesinatos a Samantha Williams, hija de Cheryl Williams y nieta de Carole Bareis.
Un portavoz de la Oficina del Fiscal del Estado anunció que no procesaría al hombre inocente, y dijo: “Si bien el Estado tiene serias preocupaciones sobre la credibilidad de la declaración de hechos del Sr. Aguirre-Jarquin con respecto a su participación en este incidente, el Estado no cree que el encarcelamiento adicional del Sr. Aguirre-Jarquin esté justificado. Apreciamos los esfuerzos de sus abogados en presentar esta nueva evidencia”.
Aguirre, tras ser liberado, dirigió unas palabras al juez del tribunal, diciendo: “Desde el fondo de mi corazón, este humilde inmigrante le agradece. Solo tengo perdón en mi corazón por aquellos que me hicieron el mal”.
La Corte Suprema de Florida señaló que las pruebas de ADN demostraron que la sangre de Williams, se encontraba en la escena del crimen, donde ambas mujeres, madre y abuela, fueron apuñaladas hasta la muerte en junio de 2004 en el condado de Seminole.
Nada de la sangre descubierta en la escena fue de Aguirre-Jarquin pero aún así fue condenado en 2006. Sin embargo los abogados de Aguirre-Jarquin argumentaron con éxito ante el tribunal que las manchas de sangre en su ropa se debieron a que él solo llegó a verificar si las víctimas respiraban.
El sitio informativo, MailOnline, dio a conocer que, según fuentes confiables, Samantha Williams hizo comentarios a una amiga y vecina de que ella era la asesina.