En 1994 se estrenó Forrest Gump, una película que se convirtió en un clásico del cine al mostrarnos no solo la historia de este personaje interpretado por Tom Hanks, sino que vimos muchos episodios de la historia de Estados Unidos durante el siglo XX.
Esa combinación entre humor, datos históricos y mucha nostalgia, hicieron de esta, una película muy popular, que todavía es recordada y vista, pues sirve también como un documento histórico sobre la sociedad norteamericana, ya que a partir del personaje de Tom Hanks conocemos de personas y sucesos en la vida de ese país.
Tomando como punto de partida a Forrest Gump, vimos a Elvis; John F. Kennedy; John Lennon; Nixon; la guerra de Vietnam; la llegada a la Luna; los movimientos del 68; los hippies; las Panteras Negras, en fin, todo un recorrido que llega hasta la aparición del VIH.
En 2001, Eric Roth tenía listo el guion para la secuela, donde ahora el hijo de Forrest y Jenny sería el personaje central, luchando contra el VIH, enfermedad por la que murió su madre, y en la que también veríamos personajes y situaciones históricas, como en la primera parte.
Se incluía la persecución a O. J. Simpson, luego de que presuntamente asesinara a su exesposa, Nicole Brown Simpson, y a su amigo Ronald Goldman; esto ya nos ubicaría en la década de los 90, así que Forrest, que es un millonario gracias a sus inversión en camarones y en Apple, conocería a la princesa Diana en una cena benéfica.
Además, Forrest tendría una nueva pareja, de la cual no se conocen los detalles, pero moriría durante el atentado a un edificio federal en Oklahoma, donde más de 160 personas murieron, en el que era considerado el mayor ataque terrorista en la historia de los Estados Unidos, ya que fue antes del 11 de septiembre.
Justo esta fecha y sus trágicos acontecimientos fueron los que echaron abajo la secuela. El día 10 de septiembre de 2001, Roth le entregó el guion al director Robert Zemeckis, pero el día 11 sucedió lo que ya todos conocemos.
Luego de lo acontecido en las Torres Gemelas de Nueva York, el mismo 11 de septiembre Roth se reunió con Zemeckis y con Tom Hanks. El guionista recuerda:
Nos reunimos el 11 de septiembre para hablar de cómo era la vida en Estados Unidos y lo trágico de su historia. Nos vimos los unos a los otros y dijimos: Esta película ya no tiene sentido.
De esta manera quedó en el cajón ese guion, de una secuela que probablemente no veremos nunca, aunque no está tan mal, pues era muy complicado superar a la original y así nos queda el recuerdo intacto de una buena película.