Al parecer no basta con una pandemia global y una guerra entre dos naciones, ahora se suma un demonio asesino liberado en Japón o al menos así lo dice la superstición nipona. El 5 de marzo de 2021 se reportó que la piedra conocida como Sessho-seki, que, según la leyenda, era la prisión de una demonio mujer/zorro, se ha roto, desencadenando el miedo de los creyentes.
Cuenta la mitología japonesa que la famosa roca ubicada en el monte Nasu de la prefectura de Tochigi, cerca de Tokio, contiene el cadáver transformado de Tamamo-no-Mae, una hermosa mujer demonio que era parte de un complot para matar al emperador Toba, quien reinó de 1107-1123. Dice la leyenda que la entidad era una malvada zorra de nueve colas, que concedía la respuesta de las preguntas que se le hacían y mataba a todo el que la tocaba.
El demonio fue exorcizado por un monje budista y se convirtió en un trozo de piedra. El folclor indica que la roca, al igual que el demonio, mata a quien la toca. Hasta la fecha, la piedra sigue arrojando gas venenoso. Aunque se dice que la piedra fue destruida y que el monje dispersó los fragmentos por todo Japón, muchos japoneses prefieren creer que el verdadero sitio de descanso del demonio está en las laderas de monte Nasu.
La ruptura de la piedra ha preocupado a muchos creyentes, quienes piensan que es el regreso del demonio de nueve colas, quien ha estado dormido por más de mil años. Sin embargo, The Guardian asegura que la roca había mostrado grietas desde hace varios años y que es posible que las fisuras permitieron el paso del agua de lluvia, lo que provocó la erosión, debilitando su estructura.
El lugar de la piedra fue registrado como un sitio histórico local en 1957 y desde entonces se ha convertido en un atractivo turístico de la zona. De la misma manera ha sido mencionada en la obra seminal de Matsuo Basho, The Narrow Road to the Deep North, y ha inspirado una obra de teatro noh, así como una novela y una película de anime.
Los guías locales saben que esto es obra de la naturaleza y el paso del tiempo. Masaharu Sugawara, el jefe de un grupo de guías voluntarios, dijo que era una lástima que la piedra se hubiera partido, ya que era un símbolo del área. Por otro lado, los funcionarios del gobierno local se reunirán para analizar el destino de la piedra. Es posible que sea restaurada para devolverla a su estado original, para así continuar con la leyenda y la atracción de turistas.