En ocasiones andar por la calle no es la mejor idea, en especial si pasas en una zona donde la seguridad no es prioridad. Varios ya se han hecho de técnicas para afrontar la delincuencia, como guardar el celular en las calcetas o si se requiere respaldo extra, va directamente al bóxer. Todo para evitar terminar diciendo “nomás deme chance de sacarle el chip y la memoria”.
No es lo más óptimo, pero es lo que se vive en muchos países. Por ejemplo, en México, donde un estudiante de Ingeniería Civil llamado Arturo fue víctima del robo de su celular y el asaltante, nada tonto, quiso encontrar oportunidad de hacer más negocio a partir de las conversaciones de WhatsApp del chico. Así que fue directamente a donde él consideró que estaría una mina de oro: el grupo de la escuela.
Los grupos de WhatsApp para fines escolares se balancean en una fina cuerda de “me importa” y “lo puedo ignorar”, pues hay información realmente trascendental ahí, pero también toneladas de mensajes basura que solo llenan el espacio del teléfono. Ahí fue donde el asaltante se convirtió en extorsionador y comenzó a pedir, aparentemente, dinero para la seguridad de su compañero.
A pesar de que al amante de la delincuencia no le estaba yendo nada bien, él seguía en su papel y contestaba los mensajes con una cifra. Además de advertirles que tenían solo 10 minutos para darle el dinero o si no, podían tratar de rastrearlo, los compañeros, quienes sospecharon lo que estaba pasando, no hicieron más que jugar con el extorsionador.
“Este es mi trabajo, los siento mucho”
Ante todo, el delincuente se mostró sincero y les dijo que él humildemente nomás estaba haciendo su trabajo y lo dejaran chambear en paz, todo resumido en un bello mensaje: “Lo que pasa [es] que son puros chavos y no me siento bien extorsionándolos, pero este es mi trabajo. LO SIENTO MUCHO”.
Una vez emitida la advertencia, el artífice del crimen se puso en modo serio y comenzó a mandar audios en privado a algunos de los integrantes del grupo. Uno de ellos fue reenviado al grupo donde los demás estaban y comenzaron a reír por cómo se expresaba el profesional de fechoría, quien, con toda la educación, se refirió al maestro: “Neta, profe. Ahí con toda su pinch* disculpa y su permiso, pero voy a pasar a ver a quién me ching* de sus alumnos”.
Mientras la conversación avanzaba, parecía que los estudiantes habían comenzado con las negociaciones después de que el delincuente les pasara el número de la tarjeta para hacer el depósito. Uno le dijo que “manejo chequera, nomás”, mientras que otro le preguntó si aceptaba dólares. Haciendo cuentas rápidas, uno de los alumnos dijo que con 100 por cabeza se armaba. Además, no faltó el listo que le preguntó por los números de atrás de su plástico y hasta le quisieron sacar el nombre del titular. Si hasta parecía que los extorsionadores eran otros.
Pero lo mejor de todo es que no estaban tratando con un extorsionador cualquiera, sino uno bilingüe, quien, sin explicación alguna, comenzó a hablar en un tropezado inglés. Esto desató la carcajada del grupo, que si ya no lo tomaban en serio, esto terminó por sepultarlo. “Andas hablando como capitán de Viva Aerobús”, le dijo uno de los alumnos.
“Me salió mago”
Soy hacker, no soy est*pido. La voz la pueden igualar, ese es mi jale y empecemos a, por lo menos, a hacer que algunos de ustedes cambien de cuenta de WhatsApp. [Inteligible] el que se creía inteligente. Que tengan buena tarde, señores.
—Extorsionador
“El estafado resultó estafado” porque, a pesar de que hizo el intento, ninguno cayó. Pero no se iba ir de manos cruzadas, pues, aparentemente, utilizó los números de los miembros del grupo para continuar con las llamadas de extorsión. Uno de los alumnos recibió una llamada en donde le decían que su hermano estaba secuestrado, pero pudo confirmar que su familiar estaba a salvo.
La historia se compartió originalmente en la cuenta de Twitter de Santi Robles (@santirrantis), en donde se hizo viral de inmediato. Con más de 50 mil reacciones y más de 5600 retuits al momento del cierre de edición, no cabe duda de que el estafador les dio grandes momentos a los estudiantes de ingeniería y a nosotros también. Le dejamos el hilo completo para que lo chequen con todo y comentarios.
Le robaron el celular a un chavo de mi carrera y trataron de extorsionarnos por el grupo de la carrera pero la generación que se va a quedar sin agua ya no se toma nada enserio jajajaja pic.twitter.com/jHkxDyWxms
— Santi Robles (@santirrantis) May 18, 2022