Durante Rusia 2018, Rafael Márquez, el increíble defensa central mexicano, logró algo maravilloso: jugar en cinco mundiales, lo que pocos han podido: Gianluigi Buffon, Lothar Matthäus y otro mexicano, Antonio La Tota Carbajal, además de Rafa.
Pero ese no ha sido su único logro, claro que no, pues su carrera estuvo en lo más alto, aunque al tratarse de un defensa los reflectores no se enfocaron tanto sobre él, pero fue base fundamental de los logros del Barcelona durante algunos años.
Rafael Márquez Álvarez nació en Zamora, Michoacán, el 13 de febrero de 1979, y desde muy pequeño demostró su pasión por el futbol. En 1996, con solo 17 años, debutó en la Primera División de México, con el Atlas.
En 1997 fue convocado por primera vez a la selección, pero esto fue un error. Resulta que para un amistoso entre México y Ecuador el entonces técnico de la selección mexicana, Bora Milutinovic, convocó a César Márquez, un delantero de 22 años del Atlas, pero su asistente se equivocó y puso el nombre de Rafa, pero nadie se dio cuenta, hasta que el jovencito, defensa central, llegó a entrenar, visiblemente emocionado, con la selección mayor.
Bora pensó en regresarlo a la selección sub-20, con la que estaba concentrado, pero como ya se venía el partido los asistentes lo convencieron de que lo dejara; incluso, como México iba ganando el entrenador le dio oportunidad de jugar 30 minutos y fue cuando demostró su gran clase y personalidad, y además le puso el pase a uno de los delanteros para que anotara el tercer gol.
Sin embargo, no fue convocado para la Copa América de ese año ni para el Mundial de Francia 1998.
Su carrera en Atlas se convirtió en una sensación, pues en 1999 llegaron a la final con un equipo compuesto por jóvenes que eran llamados “los niños héroes”, aunque no pudieron quedarse con el título. En ese mismo año fue convocado a la Copa América en Paraguay, con 20 años. En 1999 jugó con la selección mexicana que ganó la Copa Confederaciones, máximo título alcanzado hasta el momento por la selección mayor.
Sus actuaciones en la defensa mexicana le valieron que el Mónaco de la Liga Francesa lo contratara y en esa primera temporada logró el campeonato, además de ser considerado el defensa central del equipo ideal de ese torneo. En el 2003 ganó la Copa de Francia y su nombre ya estaba entre los mejores defensas centrales de Europa.
La llegada de Márquez al Mónaco le dio la solidez defensiva que necesitaba, con lo que logró alcanzar esos títulos, y a él obtener una gran experiencia que puso en juego en Corea-Japón 2002, en lo que fue su primera experiencia mundialista.
Aunque también fue una de las más amargas, pues en fase de octavos de final perdieron con Estados Unidos, en lo que parecía una oportunidad irrepetible de acceder al tan ansiado quinto partido.
Sus actuaciones en el Mundial y con el Mónaco lo posicionaron como un jugador de élite, así que en 2003 -y con 5 millones de euros de por medio- el Barcelona lo fichó, debutando el 3 de septiembre de ese año, y anotando su primer gol con el equipo un mes después.
La primera temporada no fue tan sencilla, por algunas lesiones, pero para 2004 se volvió titular indiscutible y empezaron a probarlo en el medio campo, donde dio excelentes resultados; ese año alcanzaron el título de liga.
Al año siguiente ganó la Supercopa de España y el máximo título para un club: la Champions.
Para 2006, de nuevo la oportunidad mundialista ahora en Alemania donde, de nueva cuenta, México fue eliminado en octavos de final. Durante ese año se extendió el contrato en el Barcelona, por 35 millones de dólares, hasta 2010.
En 2009 consiguió un triplete: la Champions, la Liga y la Copa Española, y en 2010 repitieron la hazaña.
Llegó una nueva oportunidad en un Mundial, en Sudáfrica, donde, para no variar, los octavos de final fueron la despedida de los mexicanos.
En ese año Márquez decidió buscar nuevos horizontes y siguiendo los pasos de Thierry Henry, su compañero en el Barcelona, se fue a la MLS con el New York Red Bulls, en medio de críticas pues se consideraba que tenía plenas facultades para seguir jugando en un equipo de élite en Europa.
En 2012 regresó a México, fichado por el León, logrando el campeonato de liga en 2013 y 2014, por supuesto, siendo el capitán. Parecía que este era ya el final de su carrera.
Pero no, vendría una nueva aventura en un Mundial, en Brasil, donde, ¿qué creen? México fue eliminado por Holanda en octavos de final.
Esta sí, se decía, era la despedida de Márquez, pero sorprendió a todos cuando anunció su contratación con el Hellas Verona de la liga italiana.
Esta nueva etapa en Europa solo duró un año, y decidió regresar a México con el equipo que lo vio debutar y que es el de sus amores: el Atlas.
Cuando todo parecía indicar que, ahora sí, dejaría de jugar, en 2018 llegó para jugar su quinta Copa del Mundo, conservando todavía la enorme clase y con toda la experiencia acumulada, pero no pudo dar el paso a ese quinto partido; otra vez los octavos de final fueron el tope para la selección de México.
Rafa comentó que en definitiva fue su último partido, y agregó:
No era lo que más hubiera querido. Me hubiera gustado trascender con el equipo. Estoy orgulloso de lo que hemos mostrado, pero triste por el resultado.
Por el momento, comentó, se dedicará a aprovechar su tiempo libre ya fuera de las canchas, pero se sabe que ya firmó con el Atlas para ser parte de los directivos de esa institución.
Sin duda, un líder en la cancha, un ganador en los equipos en los que estuvo y que se despide con la cabeza en alto tras 22 años de carrera.
¡Hasta siempre, campeón!