Imagínate que durante 14 años eres el único humano que queda en la Tierra; sí, tendrás muchos momentos de tranquilidad; te podrás considerar el “dueño de todo”; pero también sufrirás por no tener con quien platicar, idear cosas, y bueno, muchas cosas más, como el reproducirte para evitar que la especie se extinga…
Justamente esto fue lo que le pasó a George, un caracol que se había vuelto famoso por ser el último de su especie, Achatinella Apexfulva, y durante 14 años se la pasó en soledad, sin tener con quien poder reproducirse y darle continuidad a su especie.
Lamentablemente ahora los caracoles de este tipo están oficialmente extintos, ya que George murió durante el inicio del 2019.
George nació en cautiverio, en la Universidad de Hawaii, en Mānoa, y aunque se hicieron esfuerzos por parte de investigadores para lograr su reproducción, no se pudo lograr.
Sin embargo, con los avances que se tienen en el tema de la clonación, algunos científicos creen que es posible “revivir” a la especie, y esto también sería gracias a George, como lo explicó en un mensaje el Departamento de Tierras y Recursos Naturales de Hawaii:
En 2017 se recolectó un pequeño fragmento de dos milímetros del pie de George, utilizando una hoja de afeitar estéril, y se depositó en un vial de medios de color rosa. Este medio mantuvo el tejido vivo mientras se enviaba rápidamente por la noche a San Diego. Este fragmento de tejido vivo de George ahora permanece en congelamiento en el Zoológico de San Diego. Aunque actualmente no es posible clonar un caracol, ciertamente lo será un día.
Aunque no se han determinado las causas exactas de la extinción de esta especie, se cree que en esto (como en muchos otros casos), tienen que ver los humanos, ya que los habitantes de la zona acostumbraban matarlos para usar sus caparazones en la elaboración de collares que usaban y que también vendían a los turistas…