Una pareja de recién casados celebró su boda en Tlaxcala, México, con temática nazi. Aunque el novio y sus damos de honor asistieron vestidos como militares de la SS, solo causaron conmoción en extraños, porque los propios ni se inmutaron.
Fernando y Josefina se casaron por la iglesia. Aunque ella llevaba un clásico vestido blanco, Fernando portaba un traje de los altos mandos del ejército de Adolf Hitler. Los trajes eran una réplica y venían con esvástica y toda la cosa. Además, Josefina llegó a la iglesia en un vochito adornado con simbología nazi, después de todo, el Volkswagen es un auto que data de aquellas épocas.
Esta pareja se casó el 29 de abril, ya que ese mismo día, pero de hace algunos ayeres, se casaron Hitler y Eva Braun, quienes luego se suicidarían en la cancillería del Reich cuando vieran su causa perdida. Sin embargo, Josefina ha dicho que ella no conoce mucho de la historia de la Segunda Guerra Mundial y lo que sabe es por su ahora marido, quien le cuenta los acontecimientos alemanes.
Por su parte, Fernando ha dicho que tras la boda y a lo largo de su vida, ha sufrido ataques a su persona por mostrar abiertamente su filiación nazi. El hombre ha tenido que enfrentar desde golpes hasta amenazas de muerte, pero asegura que “vale la pena morir por sus ideales”.
Las fotografías del evento, sin duda, son las más llamativas, pues se trató de un evento totalmente surreal en el que algunos hombres vestidos de soldados nazis celebraron junto a otras personas vestidas a la usanza de este tiempo, hombres y mujeres completamente de a pie, gente del diario, pues, como todos.
La pareja está casada por el Registro Civil desde el 2016, pero hasta ahora unieron sus vidas por la iglesia. Además, tienen dos hijos y cada uno lleva un nombre alemán: Reinhard, por el general de las SS Reinhard Heydrich, y Hanna Gertrud, por Hanna Reitsch, piloto legendario del nazismo, y Gertrud Scholtz-Klink, que fue presidenta de la Liga Nacional de Mujeres Nacionalsocialistas.
Fernando pertenece a un club que se dedica a recrear acontecimientos bélicos a través de la historia, pero es un convencido del benefactor que fue Hitler para el pueblo alemán de mitad del siglo XX:
Yo sé que para mucha gente, Hitler es un genocida, un símbolo del racismo y de la violencia. Pero la gente juzga sin tener información o por creer en la historia de los vencedores. Hitler era vegetariano, sacó a su país de la pobreza extrema y le devolvió a su pueblo los territorios perdidos en la Primera Guerra Mundial. Su gente lo amó. Nos han hecho creer que Hitler era un racista, pero se acercó a saludar a Jesse Owens en las Olimpiadas de 1936.
Las fotografías del huateque, a cargo del fotoperiodista Jorge Carballo, ya en plena forma son alucinantes: hombres con uniformes nazis sentados en una mesa frente a una botella de refresco, un kilo de tortillas y el guiso, participando en concursos, la viborita y poniendo billetes en la camisa de su comandante.
Debido a esto, el Centro Simon Wiesenthal, una organización judía de derechos humanos, ha pedido que el gobierno de México condene la celebración públicamente y se le aplique la definición de acto antisemita.
Por supuesto, la simbología nazi es reprobable por donde se le mire, pues sabemos que murieron millones de judíos en los campos de concentración o en trabajos forzados.
Por ello hay que revisar el sincretismo de México, pues este evento pone en relieve la mezcla de ideologías y convicciones militares con las que nos estamos casando a diario, ya sean las fuerzas del estado o las paramilitares, como el narco. Las imágenes, de todas maneras, nos pueden servir para pensar la violencia del país, su creciente militarización y la idea que tenemos de lo que debe ser una nación.