Caballeros, en definitiva este año es el peor en mucho tiempo: primero los incendios de Australia y el Amazonas, luego la pandemia. Más tarde llegaron las avispas asesinas y, para rematar, aparecieron las plagas de langostas y desastres naturales. Por si todo eso no fuera poco, llega otro problema más por el qué preocuparse: los sapos venenosos.
Estas especies se dejaron ver en el sur de Florida, en Estados Unidos, y se trata de el sapo de caña (Rhinella marina), un tipo de sapos que segregan una sustancia venenosa sobre su piel cuando sienten peligro. Esta segregación es capaz de matar a cualquier mascota que se acerque a tocarlo pero, por fortuna, no es tan fuerte como para matar a un humano.
Aún así, las autoridades de la ciudad han hecho pública información de vital importancia para los residentes de distintas zonas de Florida ya que, aunque no ponen en peligro la vida de las personas, aún así se pueden enfermar por sus toxinas, y pueden poner en peligro la vida de las mascotas.
Lo peor de todo es que este tipo de sapos se alimentan de todo tipo de cosas, desde insectos ¡hasta lagartos! Y debido a su mecanismo de defensa, apenas y tiene depredadores, por lo que se espera que se reproduzcan en gran medida durante las siguientes semanas, lo que suponen una amenaza para toda la cadena trófica del ecosistema.
Florida tiene el clima y las condiciones perfectas para que esta plaga de sapos venenosos prolifere, y todo indica que el ser humano es el culpable de este problema. Verán, en 1936, los granjeros de Florida introdujeron esta especie para que acabara con los insectos que se comían las cañas de azúcar, pero, como lo mencionamos antes, el lugar es perfecto para que estos animales se reproduzcan y se alimenten, por lo que salió más caro el caldo que las albóndigas, y ahora su ecosistema se enfrenta a un grave problema.
Quien sea que esté jugando a Jumanji este año, tal vez convendría terminar el juego de una vez por todas, pues el mundo no podrá soportar más desastres como este en tan poco tiempo.