Desde su existencia, los animales han tenido que lidiar con los seres humanos y su crueldad sin medida. El respeto por la vida es algo insignificante para el ser humano.
Así quedó nuevamente demostrado en Beirut, donde una tortuga marina fue sacada de las aguas del mar por la gente para tomarse selfies con ella. Algunos la golpearon y hasta se subieron encima de ella para sacarse fotografías, sin considerar el daño que podrían causarle. Ser considerada una especie en extinción no sirvió de mucho.
A pesar de esto, la organización Animales Líbano rescató a la tortuga para rehabilitarla, ya que sufrió de fractura de huesos en la cabeza. Los daños eran evidentes.
No es el primer caso similar que ocurre recientemente, basta con recordar el delfín que murió en Argentina, el tiburón estirado de la playa en Palm Beach, Florida, así como el cisne muerto en Bulgaria, todos por la crueldad humana, por querer tomarse una selfie.
A este caso se sumó el ocurrido en República Dominicana a mediados de junio, donde turistas y salvavidas sacaron del mar un tiburón para tomarse fotografías.
Lamentablemente el animal murió, pese a que en esta zona la pesca es prohibida. Personal del hotel aseguraron que investigarán a los salvavidas involucrados.
Afortunadamente la tortuga de Beirut se encuentra en recuperación, ya que por suerte algunas personas descalificaron las acciones de los bañistas en la playa Havana y pusieron fin a sus intenciones.
Un grupo de personas ayudó a salvar a la tortuga, pues incluso fue golpeada por diversión, de acuerdo a un testigo.
Jason Mier, director ejecutivo de Animales de Líbano dijo:
“Por suerte, otras personas que estaban allí les importó, detuvieron esto y ayudaron a poner a la tortuga en una zona segura”.