Desde el inicio de la invasión descarada por parte de fuerzas rusas al territorio ucraniano, en febrero de este año, Moscú ha mantenido una actitud desafiante hacia el exterior, pero el inicio de una reciente campaña de reclutamiento masiva nos hace ver que quizá su poderío militar no es tan sólido como quiere aparentar.
Con datos que ubican entre 70 y 80 mil afectados desde el inicio de la invasión hace ya medio año, en una campaña militar cada vez más impopular, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, llama a aumentar hasta en 300 mil efectivos sus huestes (algunos piensan que su objetivo ideal sería un millón de efectivos extra) a pesar del poco entusiasmo de sus ciudadanos, muchos de los cuales han empezado a huir del país con el fin de no formar parte de la invasión.
La medida
En un anuncio mañanero pregrabado, el primer clip “personal” en el que el mandatario se dirige a su pueblo desde haber comunicado el inicio de la invasión a Ucrania el 24 de febrero de este mismo año, Putin declaró sus intenciones de fortificar su presencia en el frente ucraniano, lo que significaría convocar ipso facto a 300 mil reservistas para que tomaran las armas. El anuncio vino acompañado de críticas a Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania, y a las “naciones occidentales”, recordándoles a todos que “Rusia tiene un arsenal más poderoso que el de la OTAN”. Ahora el Kremlin quiere gente para “tirar del gatillo”.
A pesar de que Serguéi Kuzhuguétovich Shoigú, actual ministro de Defensa ruso, aclaró que el llamado solo estaba dirigido a soldados profesionales y que ni estudiantes ni reclutas estarían involucrados, anteriores revelaciones de reclutas sin experiencia capturados que revelaron que su gobierno los envío “engañados y sin experiencia” a servir de carne de cañón en la invasión nos hacen dudar de la versión oficial.
Protestas contra el reclutamiento
Claro, la mayor campaña de reclutamiento militar en Rusia en 70 años no podía ser muy popular, sobre todo debido a lo controversial que es el tema de la invasión, por eso protestantes contra el reclutamiento tomaron las calles poco después de que las intenciones del mandatario moscovita se hicieran públicas. Se reporta que más de 1300 protestantes fueron arrestados por “manifestaciones antiguerra”, más de 500 en Moscú solamente.
Además de protestas públicas en Moscú, se registraron ataques a centros de reclutamiento en otros puntos del país, incluyendo un atentado con bomba molotov en Nishni Nóvgorod y un incendio en una oficina militar en San Petersburgo, donde el número de detenidos “por insurrectos” ascendió a 524.
Vías de escape
Justo ahora, los rusos que tienen entre 18 y 27 años son susceptibles de resultar llamados a las armas por su gobierno, por lo que algunos ya han tomado cartas en el asunto y han puesto pies en polvorosa para evitar ser enviados al frente en Ucrania.
Las medidas para evitar la conscripción en Rusia, o al menos para reducir los periodos de servicio que se les exige a los hombres “capaces”, incluyen obtener exenciones médicas y el matriculado en programas de educación superior. Sin embargo, en este momento, los menos precavidos han preferido prevenir que lamentar y ya se han ido volando fuera del territorio de “la madre Rusia” para evitar derramar sangre en su nombre, ya sea la de otros o la propia.
Un “embudo” en la puerta de salida de Rusia
Según reportes de Google Trends, las búsquedas de vuelos con destinos fuera del país, en la popular plataforma digital de compra de boletos de avión Aviasales, se han disparado en más del 100 por ciento desde que Putin anunció que el reclutamiento aumentaría próximamente.
Algunas fuentes aseguran que los vuelos directos a Bakú, Tiflis, Estambul y Ereván, que no requieren visado si visitas desde Rusia, se agotaron a las pocas horas del anuncio de Putin. Incluso vuelos con escalas están saturados y eso que los precios se inflaron hasta a cinco mil dólares por los boletos más baratos.
Los rusos y sus legiones… ¿infladas?
Según el almanaque militar más riguroso del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, el Balance Militar 2022, al inicio de la guerra, Ucrania contaba con un millón noventa y seis mil seiscientas tropas (196 600 elementos activos y 900 mil de reserva), mientras que Rusia contaba con casi el triple: dos millones novecientos mil efectivos (900 mil activos, dos millones en reserva). Aun así, la diferencia no ha sido, ni de lejos, suficiente para decidir el resultado del conflicto.
En agosto, Putin ordenó un aumento del 10 por ciento en las tropas (137 mil efectivos más), siendo que en ese momento, el límite del orden era del millón de efectivos, con un personal civil de unos 900 mil empleados. Ahora quiere aumentar sus tropas en más del doble que eso, probablemente para “asegurarse” de aplastar la resistencia ucraniana, que se reporta fuerte actualmente.
Niveles nunca vistos desde la Segunda Guerra Mundial
Luego de entrar oficialmente a la Segunda Guerra Mundial el 22 de junio de 1941, luego de un intento de Blitzkrieg alemán en sus fronteras, Rusia aprobó en octubre del mismo año que todos sus ciudadanos hombres entre 16 y 28 años fueran susceptibles de entrar a su ejército. Además, jóvenes de los territorios liberados posteriormente por su ejército también fueron obligados a unírseles.
El resultado fue un enorme ejército ruso, en el que la mujer también tuvo una presencia sin precedentes (la cuarta parte de la fuerza aérea era femenina para finales de la guerra, con 300 mil efectivos), y se calcula que de 5.5 millones de soldados al momento del ataque alemán se llegó a 11 365 000 entre oficiales y efectivos. El actual reclutamiento busca superar los niveles de fuerza militar rusa para acercarse lo más posible a la antigua gloria de “la armada roja” de la Unión Soviética, pero una cosa es defenderte y otra invadir, por lo que los rusos no parecen apoyar “de todo corazón” el reclutamiento. Además, los mismísimos ucranianos que enfrentan ahora eran parte de sus propias fuerzas.