Texas enfrenta una sequía extrema por las altas temperaturas de este verano, lo que ha ocasionado que algunos ríos se hayan secado. Debido a esto, se han encontrado huellas de dinosaurio en el lecho del río Paluxy, en el Parque Estatal Dinosaur Valley.
Las huellas son gigantescas y planas, parecidas a los de los elefantes, y, según los estudiosos del parque, tienen 113 millones de años de antigüedad. Los expertos han dicho que su excelente conservación pudo haber sido producto del carbonato de calcio que se encontraba en las conchas de algunos crustáceos, ya que antes, el mar cubría esa zona.
Según los expertos, en todo el parque se encuentran huellas de teurópodos y saurópodos, entre los que había algunos herbívoros como Diplodocus y Brontosaurus. Pero estas nuevas huellas son unas de las mejores conservadas y pertenecen a un Acrocanthosaurus.
El hallazgo corresponde a 60 huellas de este dinosaurio, que ha sido bautizado como “El llanero solitario” por su marcha hacia el horizonte, que se puede recrear con solo sus pisadas y que se extiende a lo largo de treinta metros. El Acrocanthosaurus era un terápodo, lo que quiere decir que tenía tres dedos en las patas, como sus huellas bien lo reflejan.
Este dinosaurio podía medir 4.5 metros y pesar 7 toneladas. Se alimentaba de otras especies como el Sauroposeidon, otro dinosaurio que, en pleno desarrollo, podía alcanzar una altura de 18 metros y pesar 44 toneladas.
La sequía ha dejado al descubierto estas huellas pero la temperatura es extrema y nos habla de la gravedad y seriedad del cambio climático al que nos enfrentamos, sobre todo en términos de reducción de fuentes y afluentes de agua.