Los acuarios son de los elementos decorativos más únicos y lujosos que existen, pues hacen gala de exóticos paisajes subacuáticos llenos de vida que son imposibles de apreciar de otro modo. Por la naturaleza de su construcción y mantenimiento, usualmente se mantienen dentro de ciertos límites y es raro que sean muy grandes, por lo oneroso que resulta mantenerlos en funcionamiento. Sin embargo, existen los acuarios monumentales y uno de los más icónicos del mundo acaba de sufrir una falla catastrófica.
El famoso AquaDom era el acuario cilíndrico más grande del mundo y era motivo de orgullo para su dueño, el hotel Radisson Blu Collection, ubicado en una de las zonas culturales de Berlín, Alemania. Este era hogar de cerca de 1500 peces que moraban en un millón de litros de agua salada que eran contenidos por sus muros acrílicos, que contenían, aparentemente sin esfuerzo, las colosales presiones. Apenas poco más de 19 años después de su inauguración, el acuario fue vencido por la fuerza del agua y resultó destruido en una falla catastrófica este 16 de diciembre, resultando en dos heridos humanos y más de mil peces fallecidos o “perdidos en acción”.
El domo que rompió récords y que ya se rompió
El proyecto que costó alrededor de 13 millones 561 mil dólares fue reconocido por los récords Guinness como el acuario cilíndrico más grande del mundo poco después de su inauguración el 2 de diciembre de 2003. El monumental adorno fue un proyecto arquitectónico de Sergei Tchoban y fue construido por International Concept Management Inc. usando 41 paneles acrílicos de Reynolds Polymer Technology, que fueron ensamblados en el sitio.
Por mucho tiempo, el AquaDom fue el gran orgullo del hotel que lo alojaba, pues se trataba de una vista espectacular única en el mundo con sus 11 metros de diámetro y 25 metros de altura que contenían unos 900 mil litros de agua y que eran hogar de alrededor de 2600 peces pertenecientes a 56 especies distintas. Desafortunadamente, tratar con agua, en particular con agua salada, es un asunto problemático y es posible que una falla en el mantenimiento haya puesto fin a esta maravilla arquitectónica.
El desastre: despertando a los vecinos
Por la madrugada del 16 de diciembre de 2022, a eso de las 5:45 a.m., el cilindro sufrió, por causas que aún están siendo investigadas, una falla catastrófica que terminó con el completo desmantelamiento de la estructura del acuario, derramando casi un millón de litros de agua salada en el lobby del hotel. Huéspedes del lugar que se alojaban en ese momento describieron su experiencia como “haber sido sobresaltados por un fuerte bang y una sacudida de todo el edificio”. Poco después de lo ocurrido, los cerca de 400 huéspedes del hotel fueron reubicados en otros alojamientos, por su seguridad y para evitar que fueran contrariados por los trabajos de rescate e investigación que inició a raíz de la catástrofe. El hotel cerró “hasta nuevo aviso”.
Obviamente, el recinto del vestíbulo no era completamente impermeable y no pudo contener el agua, por lo que el cuantioso contenido del tanque terminó desparramándose a la calle y a los negocios cercanos al hotel. Alrededor de un centenar de bomberos fueron despachados a la escena, pero nadie ha podido determinar qué fue exactamente lo que causó el accidente, aunque la policía descarta que se haya tratado de un ataque. Hoy en día, la teoría de que fuera una falla de mantenimiento es la más aceptada.
Los daños: como una “zona de guerra”
Los primeros y más evidentes afectados por el accidente fueron los residentes permanentes del AquaDom, los peces, quienes, sin deberla ni temerla, terminaron privados de su ambiente que era mantenido entre 26 y 27 grados para permitirles vivir, terminando varios de ellos, según reportes, en las alcantarillas de la urbe alemana, o bien, congelados en las calles, pues en la capital se llegaron a registrar temperaturas de menos nueve grados centígrados bajo cero durante la madrugada.
Además, se reporta que aunque al principio se creía que habían muerto todos los habitantes del colosal tanque, algunos ejemplares vivos fueron encontrados tras el desastre y se luchaba por mantener con vida a entre 400 y 500 peces sobrevivientes; los primeros grupos de peces rescatados eran tan escasos que, según palabras de las propias autoridades responsables de salvarles la vida, apenas ocupaban unas tres peceras regulares.
Mientras tanto, un cúmulo de basura y escombros resultantes de la violenta liberación del agua del tanque se amontonaban en frente del hotel, dándole un “aspecto de zona de guerra”. Según Sandra Wesser, una miembro del parlamento alemán, las puertas de acceso, vencidas y deformadas grotescamente por la brutal embestida, parecían haber sido destruidas por un ataque malicioso.
Además, se reporta que, afortunadamente, solo dos personas resultaron levemente lesionadas por el incidente y fueron trasladadas al hospital con cortes causados por fragmentos del vidrio sintético del tanque. Se teoriza que si el accidente hubiera ocurrido en una hora de mayor actividad en el hotel, las víctimas mortales hubieran sido casi una certeza, pero como ocurrieron las cosas, lo único que podemos agradecer es que las víctimas humanas sufrieran solo lesiones menores, que no todos los peces hayan muerto y que los daños sean principalmente materiales, incluidos menoscabos a negocios cercanos y a la vía pública de la Alexanderplatz berlinesa.