El narco mexicano en su conjunto es un tema complejo y su combate hasta ahora parece insulso. Por eso cualquiera se atreve a dar soluciones, como el representante republicano Dan Crenshaw (que luce como una mezcla de Nick Fury y Máximo Décimo Meridio), quien se atrevió a porponer que el ejército estadounidense le entre a los catorrazos en suelo azteca para combatir a las facciones del narcotráfico.
La propuesta fue lanzada desde enero por Crenshaw y Michael Waltz, ambos excombatientes en Afganistán y otros países. Juntos proponen un estado de excepción transfronterizo, en que el ejército gringo estaría autorizado para hacer uso de la fuerza y de las armas ante cualquier sospecha de actividad propia del narco, lo que no parece muy buena idea.
Claro que las cosas están color de hormiga y que desearíamos que el narcotráfico no tuviera la magnitud que ha cobrado al auspicio de ejércitos y gobiernos locales y extranjeros. Pero la intervención de otro ejército sería como echarle más leña a la lumbre. Crenshaw aduce que el ingreso de fentanilo está matando a la juventud estadounidense.
Ambos representantes estadounidenses contemplan al narco como a un enemigo de la nación americana, por lo que han pedido en su “Acta para Declarar la Guerra contra los Cárteles” que el ejército de su país asegure el estado de derecho.
Dediqué la mayor parte de mi vida adulta a combatir a los terroristas en el extranjero, para que no nos atacaran aquí. Y ahora estoy dedicando gran parte de mi tiempo en el Congreso a combatir a los cárteles. Los cárteles mexicanos siguen destruyendo el Estado de derecho en Estados Unidos.
Hasta el momento, la propuesta no ha sido examinada por el Congreso, o sea, no ha sido votada, pero no es la primera vez que se presenta una idea similar, pues durante el mandato de Donald Trump se hizo el guiño a denominar al narco como “Terroristas”, lo que ya hubiera acarreado incursiones violentas en el de por sí ya devastado territorio mexicano.
¿Por qué no resulta tan agradable la aparición del ejército americano en esta pugna? Para empezar, el ejército mexicano, a lo a largo de su historia moderna, ha gozado de esa libertad y solo ha dado muestras de un abuso de poder impresionante que se ocupa más de aplacar movimientos sociales con causa que de la seguridad de los ciudadanos.
Además, la creciente militarización bajo el actual gobierno de México ha demostrado que el aumento de soldados en las calles resulta en una alza en los niveles de violencia. Por ello, más allá de las reacciones del senador de Morena, Ricardo Monreal, acusando a los estadounidenses de querer implantar un intervencionismo que desde hace décadas está muy bien asentado, el aumento de la militarización, casi estamos seguros, resultaría desastroso.