Todos conocemos un caso de abandono familiar, pues hay millones de niños huérfanos en el mundo, pero también hay 140 millones de ancianos, de los cuales el 16 por ciento sufre de abandono y maltrato. Tal parece que los dos extremos de la vida se tocan en cuanto a las estadísticas de desamparo. Pero la Organización Mundial de la Salud (OMS) declara que para la mayoría de los gobiernos, el abandono de los adultos mayores todavía resulta un tema tabú.
Sin embargo, existen historias familiares que nos enseñan a combatir cualquier tipo de abuso contra los adultos mayores. Este es el caso de Cai Yujun, un repartidor chino que no deja sola a su madre de 92 años, quien padece alzhéimer, pues la lleva con él todos los días a realizar las entregas que se le encomiendan.
Ahora, tan pronto como mi madre se sienta en la motocicleta, sus manos me abrazarán con fuerza y su rostro se une ligeramente al mi chaleco.
La madre de Yujun se abraza a él cada día y juntos recorren la ciudad en moto, vehículo que ha sido modificado para dar la mayor comodidad a la anciana durante los viajes. Juntos salen de entre el tráfico cada mañana para cumplir con su trabajo.
Yujun comenta que su madre se sacrificó mucho por su familia, así que cuando empezó a enfermar, él se hizo cargo de ella. Pero no podía dejarla sola, ya que su esposa y él trabajan largas jornadas y al estar lejos de ella, temía que algo le pudiera pasar.
Mamá dedicó su vida a la familia, por lo que es natural ser responsable y cuidarla mientras esté cerca, sin importar lo difícil que se ponga.
Por este motivo, lo acompaña a hacer todas sus entregas y en el camino se detienen a comer juntos en lugares donde ya tienen algunos amigos. Además, cuando realizan un pedido, Yujun la lleva con él hasta donde tenga que entregar el paquete, pues sería catastrófico dejarla sola en los pasillos o en la moto.
Esta gran muestra de amor mutuo y agradecimiento recorre todos los días las calles de Shuan, China. Sin duda se trata de una gran lección, ya que Yujun, a pesar de tener mucho trabajo, no ha abandonado a su madre ni la ha dejado a la deriva, al contrario, desde hace siete años reparten en equipo y la ha vuelto, de alguna forma, una persona en activo y productiva.