Cuando Sandra Ávila Beltrán, mejor conocida como ‘La Reina del Pacífico’, pasó y tuvo cercanía con el mundo de los cárteles del narcotráfico, se enteró de la inmensa corrupción de los políticos mexicanos y de cómo recibían importantes sobornos por parte de los narcotraficantes.
Y dentro de algunas cosas que supo fue del más grande soborno: uno de 100 millones de dólares a un presidente mexicano“, dijo ‘La Reina del Pacífico’ para una entrevista con el periódico The Guardian.
Sandra Ávila Beltrán estuvo los últimos siete años en prisión por lavado de dinero, incluyendo dos años en aislamiento. Y ahora libre, dio una entrevista exclusiva al diario británico, su primera en casi una década, desde su casa en los alrededores de Guadalajara. En ella criticó la corrupción de los políticos, la futilidad de la prohibición de las drogas y celebró el escape de ‘El Chapo’ Guzmán.
Sus 30 años en el poder le dieron un lugar privilegiado entre jets privados, cirugías plásticas clandestinas para disfrazar su identidad, balaceras mortales en fiestas VIP e inmensos sobornos a servidores públicos mexicanos.
“La más grande que escuché fue un soborno de 100 millones de dólares a un presidente mexicano. Un millón de dólares no es nada. Vi a un político mirar en una bolsa para ver si estaba ahí. Él sabía todo”.
Durante las tres horas que duró la entrevista con The Guardian, ‘La Reina del Pacífico’ se negó a ver como algo malo la violencia por el narcotráfico en México; y simplemente la comparó con la época de la violencia durante la prohibición de alcohol en Estados Unidos.
A pesar de los miles de mexicanos asesinados por cárteles del narcotráfico (incluyendo a muchos de sus cercanos), se negó a criticar la industria, y asegura que la culpa de la violencia es patrocinada por el gobierno o a las políticas prohibicionistas; sin embargo no responsabiliza al salvajismo usado por las bandas mexicanas de narcotraficantes.
Su familia estuvo involucrada en el negocio del narcotráfico, mientras sus amigos de la infancia se convertían en líderes del Cártel de Sinaloa. Sandra exploró otras rutas y se inscribió en clases de periodismo a los 17 años. Pero luego de tres años de estudiar Ciencias de la Comunicación en la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG), un novio celoso la secuestró. Era un joven poderoso, ligado a los cárteles. En pocos meses dejó la ciudad, terminando con su esperanza de una carrera como periodista de investigación.
A pesar de su cercanía con el mundo de las drogas y todo lo que esto implicaba, Ávila se hizo una promesa a sí misma: no usar cocaína.
“Si la usas, los hombres piensan que eres sólo otra mujer desechable. No serás respetada. La mujeres en este mundo son abusadas, descartadas y desechadas con un poco más de preocupación que cuando un niño abandona a una muñeca Barbie. Los líderes del narcotráfico mantienen un harem de hasta 10 mujeres y esta libertad sexual no se extiende hacia sus contrapartes femeninas. Las mujeres son tratadas como objetos, adornos o una necesidad, pero nunca como un ser combativo o una persona hecha de triunfos y logros”.
Se volvió amiga de ‘El Chapo’ Guzmán, salía con uno de los líderes del Cártel de Sinaloa, comandó una flotilla de 30 vehículos y ganó competencias de tiro al jefe de seguridad de Rafael Caro Quintero, fundador del Cártel de Guadalajara.
‘La Reina del Pacífico’ también habló de la fuga de Guzmán Loera, con quien llegó a celebrar mientras estaba prófugo.
“No estaba sorprendida, el dinero lo compra todo en México. Pero me hizo feliz la fuga. Debió haber sido ayuda desde los más altos funcionarios de gobierno. El sistema carcelario es duro. Para ser capaz de corromper ese sistema, tiene que hacerse desde arriba, no el director de una prisión. Tampoco de los guardias. Tiene que ser a un nivel de gabinete“.
The Guardian le preguntó: ¿Si fueras presidenta de México y estuvieras interesada en erradicar la violencia relacionada con el narcotráfico, qué medida primordial aplicarías?
“Primero tienes que atacar la pobreza. La pobreza es lo que ocasiona la violencia. Empiezas por ser un delincuente y luego te vuelves violento”.
Las muertes relacionadas con los cárteles son el resultado de la competencia, y las tácticas brutales de asesinatos implementadas por el gobierno mexicano.