A pesar de que el fin de la pandemia se ve cada vez más cerca con la llegada de las vacunas, la realidad es que aún no es momento de bajar la guardia y salir a la calle como si nada pasara. Tal vez a la gente joven no le agraden estas restricciones, y entiendo que quieran salir de fiesta, pero no este chico, porque su mamá se encargó de que no dejara la casa de una manera poco ortodoxa.
Una mujer taiwanesa estaba cansada y preocupada de que su hijo de 15 años siguiera saliendo y desobedeciendo las medidas de aislamiento impuestas por el gobierno de su país natal tras una nueva ola de contagios por coronavirus.
Al no saber qué más hacer para que su hijo adolescente se quedara en casa, hizo algo que nadie se esperaba: lo llevó a la peluquería para que le hicieran un vergonzoso corte de cabello, pues de esa manera le daría pena salir a la calle.
La mujer convenció al joven que su cabello lucía largo y desaliñado, y lo llevó a una peluquería a que se lo recortaran. Sin que su muchacho lo supiera, la señora pidió al peluquero un corte con el que no quisiera salir de la casa y no se diga más…
Supuestamente, al principio pensaron en cortar la palabra “covid-19” en la cabeza del muchacho, pero tal vez pensaron que eso sería muy cargado de su parte, así que el barbero solo le afeitó la parte superior, muy al estilo de un fraile franciscano. Y no sé el chico, pero yo no me atrevería a salir así, aunque eso ya no importa, porque el corte, que ahora todos han apodado “Corte Covid”, se volvió una sensación viral. Sin embargo, se desconoce el nombre de los miembros de la familia.
Pero eso no es todo. Debido a la fama mediática de este caso, el peluquero recibió solicitudes de otros padres de familia para replicar este estilo en sus hijos para ver si así hacen caso y se quedan en casa. En respuesta, la peluquería lanzó una promoción de “Cortes covid” gratis para chicos entre 12 y 15 años, a los que no les gusta seguir las reglas.
Ahora solo falta que se vuelva una tendencia y miles de adolescentes sin cabello salgan a la calle a presumir sus calvas y provocar una segunda ola en su país.