En la historia encontramos episodios increíbles, como este. Y es que nos acostumbramos tanto a las cosas, que asumimos que así han sido siempre, como el desayuno.
Es común levantarnos y tomar un tazón de cereal con leche, sobre todo, de Corn Flakes, que es la marca por excelencia. Pero, ¿cómo surgió esta marca? ¿Su objetivo era simplemente alimentarnos durante la mañana o realmente su objetivo era luchar contra la masturbación? ¿Que no tienen nada qué ver estas dos cosas? Sigue leyendo ¡y te vas a sorprender!
Pues resulta que, acorde a la moral en turno, la masturbación estaba vista como un pecado severo en los Estados Unidos, así que el señor Kellogg, creador del famoso cereal, estando convencido que todos los males del hombre tenían su origen en una mala alimentación, creó “un desayuno saludable, listo para comerse y antimasturbatorio”.
John Harvey Kellogg era un físico convencido de que el sexo no era saludable para el cuerpo, la mente ni el alma, así que a finales del siglo XIX y en los albores del XX, lanzó su producto contra la masturbación, la cual, se creía, provocaba ceguera, locura, debilidad mental y cientos de enfermedades más.
“La masturbación es un crimen el doble de abominable que el sexo”, decía este hombre. En uno de sus libros describe 39 síntomas de enfermedades, “ocasionados” por la masturbación.
Además de su cereal, desarrolló un aparato para limpiar los intestinos, a base de yogurt y agua, ya que creía que una buena alimentación y una limpieza del sistema digestivo, no solo traería buena salud a las personas, sino que les quitaría el deseo de satisfacerse sexualmente.
Él mismo confesó que durante 40 años de matrimonio no había tenido contacto sexual con su esposa, y aunque compartían la misma habitación, no compartían la misma cama.
Primero creó una granola, que poco a poco se fue transformando en las hojuelas planas de maíz que conocemos, con poco sabor, quizá como un simbolismo de lo que esperaba en los demás: una vida sexual plana e insípida.
Pero si esto te parece loco, verás que hay cosas peores: proponía aplicar ácido carbólico en el clítoris para que las mujeres no tuvieran placer; para los hombres, el, “tratamiento” consistía en poner un hilo de plata alrededor del prepucio, que causaba dolor e irritación si había una erección…
Luego de conocer los otros tratamientos, ¡que viva el cereal!
Y aunque su producto alcanzó la fama hasta nuestros días, lamentamos decirle al señor Kellogg que no solo en la mañana, sino a cualquier hora del día, las personas se siguen masturbando, así que podemos decir que falló.