¿Qué no darías por conseguir el celular de tus sueños? Tener un equipo móvil es algo completamente normal, incluso se ha vuelto un básico de los hogares y del uso personal, independientemente de la situación económica, pues no solo se ha vuelto un medio de comunicación y entretenimiento, sino un pilar de la socialización. Así que aspirar a tener un mejor equipo es una situación común.
Pero para Eduardo no fue del todo agradable. Este chico peruano de 19 años sufrió de lo que conocen en las calles como la estafa del cambiazo. Un desconocido que dijo buscar dinero para el transporte le ofreció un trato: intercambiar los celulares. El desconocido le daría el suyo a cambio del equipo del muchacho y 50 soles, poco más de 13 dólares.
Algunos minutos después, cuando Eduardo quiso ver su nuevo equipo, descubrió que le habían dado un pedazo de vidrio. Este caso se hizo viral en internet y las burlas a la situación no faltaron, pero detrás de esto hay toda una historia. Algunos opinan que el descuido y la inocencia del muchacho fue lo que lo llevó a perder su celular, pero la verdad es que, independientemente de esto, se llevaron la herramienta que Eduardo utilizaba para sus clases.
El joven cuenta que encontró a un hombre en el paradero del transporte público, quien trataba de cambiar su celular por dinero. Supuestamente venía de Trujillo y se había quedado sin dinero, por lo que ofreció el Galaxy A51 para poder financiar su regreso. Eduardo esperaba tener un celular del mismo modelo, pero al no tener los recursos suficientes, era un sueño distante.
La casualidad lo encontró con un desconocido que lo ofertaba a un precio mucho menor del que lo encontraría en cualquier tienda. Por ello no dudó en tomar el supuesto celular y cerrar el trato, pero al darse cuenta del engaño, quiso regresar a la plaza donde hicieron el intercambio para replicar. Desgraciadamente ya no encontró a nadie.
No me percaté, lo guardé y dije que sí me dio el celular. Seguí caminando y después de nueve minutos, me encuentro un vidrio y decidí venir a la plaza.
—Eduardo Vargas González
Eduardo, que reside en un humilde caserío, en la provincia de Huamachuco, quiso levantar una denuncia con las autoridades, pero esta no procedió porque el chico necesitaba demostrar con la factura que él era dueño del celular. Sin embargo, lo ayudaron a buscar al estafador, sin tener un resultado satisfactorio.
Pero no todos son personas malas en esta vida. La difusión de su caso por internet sirvió para que muchas personas conocieran su historia y lo apoyaran, realizando una colecta para que Eduardo no solo adquiriera un nuevo celular, sino también para que continuara sus estudios. Actualmente cursa el segundo grado de secundaria en un sistema no escolarizado.
Durante varias entrevistas con la prensa peruana, Eduardo recomendó a las personas no dejarse confiar por aquellos que quieren que compres algo a toda costa. Él, junto con su familia, pasó un trago amargo, pero el apoyo de otras personas fue lo que los ayudó para recuperarse de este mal momento.
Me esforcé mucho para ir a la costa y seguir más adelante en mis estudios. Mi meta es ser un buen operador de maquinaria pesada. El equipo móvil lo utilizaba para los estudios, ahí estaba todo.