No cabe duda que los asesinos seriales resultan fascinantes y aterradores en la misma medida, pero para muchas personas la comprensión de lo que los motiva a cometer los crímenes, muchas veces puede ser difícil de comprender.
Psicólogos y neurocientíficos están empezando a construir una imagen de las mentes más inquietantes, que han estado detrás de algunos de los crímenes más impactantes que han salido a la luz en las últimas décadas.
Los estudiosos han descubierto similitudes sorprendentes entre los asesinos en serie, e incluso han encontrado evidencia que sugiere una anomalía genética que puede actuar como un disparador de esta conducta.
Mientras que la mayoría de la gente solo cataloga a los asesinos en serie como monstruos, los científicos están tratando de entender lo que les lleva a cometer sus crímenes, mediante el estudio de sus cerebros y su ADN. Una nueva información gráfica ha resumido algunas de las últimas investigaciones sobre estos casos.
La doctora Helen Morrison, psiquiatra forense de Chicago, ha estudiado y entrevistado a 135 asesinos en serie, de acuerdo con una infografía elaborada por una página web.
Ella cree que en muchos casos los asesinos tienen una anomalía cromosómica, que les llevó a tener un cromosoma extra en su ADN.
Por ejemplo, Bobby Joe Long, que se encuentra actualmente esperando su ejecución en Florida, por agredir y asesinar al menos a 10 mujeres en el área de Tampa Bay, tenía un cromosoma X adicional. Según el Dr. Morrison, esto lo condujo a tener cantidades excesivas de estrógeno, lo que comenzó a causarle vergüenza e ira durante la pubertad, a medida que desarrollaba pechos.
Helen Morrison estudió y entrevistó a 135 asesinos en serie. Encontró que muchos de ellos comparten similitudes sorprendentes. Tal vez lo más intrigante es que ha identificado anomalías cromosómicas, como un cromosoma X o Y adicional, que durante la pubertad puede actuar como un disparador para su comportamiento.
Según estos datos de la Dra. Morrison, las motivaciones de un asesino serial son varias, pero siempre caerán dentro de estas categorías:
-Ganar dinero
-Experimentar la emoción
-Sentir que tiene poder
-Deseo de liberar al mundo de quienes hacen el mal
Asimismo, destaca que la mayoría de estos asesinos sufrió algún tipo de abuso en la infancia, con un 68%. De estos, el 50% sufrió abuso psicológico; 36% abuso físico; y el 26% abuso sexual.
Los investigadores también han encontrado que las tendencias psicopáticas pueden ser transmitidas de padres a hijos, y esto podría estar relacionado con un gen conocido como “el gen del guerrero”, o MAO-A, que regula la serotonina, que tiene relación con el estado de ánimo en el cerebro. Esto puede relacionarse con la actividad cerebral y las experiencias de la niñez.
Según Jim Fallon, neurocientífico, existen algunas condiciones básicas para que se emerge el asesino serial de una persona:
Según este investigador, para que se genere una conducta psicopática se requiere que haya un antecedente genético; patrones cerebrales; y abuso o violencia en la infancia. Además, asegura que “las personas con baja actividad en la corteza orbital del cerebro, manifiestan diversos tipos de sociopatía”.
La investigación realizada por el profesor Jim Fallon encontró que una baja actividad en la corteza orbital parece estar implicado en conductas sociopáticas, y tienen problemas para suprimir la rabia y la violencia. Su trabajo ha demostrado que los cerebros de algunas personas parecen estar predispuestos a la violencia.
Tal vez lo más sorprendente que se encontró, es que sus propios escaneos cerebrales muestran la misma actividad baja de la corteza orbital, como un asesino en serie. Las exploraciones del cerebro de su hijo mostraron actividad de la corteza orbital normal. De esto, señaló, que las experiencias infantiles son las que hacen la diferencia, pues no basta solo con la actividad cerebral.
El profesor Fallon también ha probado el ADN de su familia, y ha encontrado genes asociados a la violencia, y ha identificado un gen conocido como el gen MAO-A, responsable de la producción de una enzima llamada Monoamina Oxidasa A, “el gen del guerrero gen”.
Richard Speck, que torturó, violó y asesinó a ocho estudiantes de enfermería en Chicago, tenía un cromosoma Y extra. La dra. Morrison también ha dicho que los asesinos en serie tienden a desarrollar un sentido de separación del resto del mundo, desde una edad muy temprana. En última instancia, los lleva a sentir una falta de empatía por sus víctimas.
El profesor Fallon señala:
“¿Por qué, a la luz del hecho de que tengo todos los marcadores biológicos para la psicopatía, incluyendo un sistema límbico apagado, factores genéticos de alto riesgo, y los comportamientos concomitantes, incluyendo más de la mitad de los que figuran en las pruebas de psicopatía y baja empatía emocional, soy un profesor, que vive con su familia, y soy un hombre de éxito?”
“La razón más probable es que, a pesar de que tengo la composición genética de un psicópata ‘natural’, algunos de esos mismos genes de riesgo fueron cubiertos con amor (frente al abuso o abandono) desde el parto y a través de los críticos primeros años de la vida, lo que parece compensar los efectos inductores de la psicopatía de los otros genes de riesgo”.
Se espera que este tipo de investigación puede hacer que sea más fácil identificar y atrapar asesinos en serie en el futuro…
Como podemos ver, los Estados Unidos son grandes generadores de este tipo de personas, sobre todo en las décadas de los 70, 80 y 90. Afortunadamente vemos que esta tendencia ha ido a la baja.