Lo que era un depósito de droga en una remota ciénaga caribeña hace menos de diez años, en Colombia, se ha convertido en el único centro recreativo de Nueva Venecia, en el departamento de Magdalena que se encuentra a casi idéntica distancia de las ciudades de Barranquilla y Santa Marta, hacia donde sus 2 mil 600 habitantes deben ir en lancha para hacer las compras básicas.
Esta población, que habita en coloridas casas, comenzó a cambiar su pasado de drogas hace cinco años mediante proyectos de desarrollo alternativo liderados por la cartera de Justicia. En este caso, esta zona ahora cuenta con un cancha de futbol… flotante.
“Pusimos en marcha proyectos de piscicultura, por ejemplo, y otras iniciativas de desarrollo alternativo que fomentaban la participación de las mujeres. Tuvieron mucho éxito, y en realidad la cancha es como la cereza del pastel”.
– Yesid Reyes, Ministro de Justicia de Colombia
Uno de los actores principales para que se concretara la construcción de esta cancha, y con ello la transformación de la zona fue Radamel Falcao, delantero del Chelsea y de la selección colombiana de futbol, quien en una visita se comprometió, a través de la marca de relojes suizos Hublot, con quienes trabaja, para construir esta cancha flotante, y cumplió su compromiso.
Para edificar esta cancha, cuya construcción tardó seis meses, se invirtieron 655 millones de pesos (unos 225 mil dólares), de los cuales 200 millones (unos 68 mil 500 dólares) fueron aportados por el Ministerio de Justicia y el resto por Hublot.
La infraestructura es además la tercera de este tipo que existe en el planeta, después de las canchas de Singapur y Tailandia, que son completamente flotantes, mientras que la colombiana está asentada sobre palafitos. Además que la de Singapur es un ¡estadio completo!
A la inauguración acudió en representación de Falcao, su padre, Radamel García, que junto con exfutbolistas profesionales de los años 80 y 90 retó a los habitantes de Nueva Venecia a un partido que terminó en empate a 5 goles en medio de una fiesta total que quitó toda importancia al resultado.
Y también cabe mencionar, esta no es la única cancha extraña en el mundo, y para muestra, dos botones:
Una cancha con un castillo que es patrimonio de la humanidad, en Croacia!
O este, al filo del abismo en Suiza (si se va el balón, ¿quién se atreverá a ir por él?)