El poder de la naturaleza es implacable y causa severos daños, y en el caso de los huracanes puede terminar con la vida de aquellos seres que están desprotegidos como son los perritos, gatos, aves y demás especies que andan por las calles, por lo que Ricardo Pimentel Cordero, habitante de Quintana Roo decidió recibir en su albergue a más de 300 animales para salvarles la vida ante el paso del huracán Delta con sus fuertes vientos e intensas lluvias, lo que de alguna manera nos recuerda el Arca de Noé.
Ricardo tiene un albergue llamado Tierra de Animales en el que atiende animalitos, pero ante la emergencia por el impacto del huracán hizo un enorme esfuerzo para proteger a la mayor cantidad posible, para lo que incluso tuvo que meterlos a su casa y pedir apoyo a través de redes sociales para conseguir alimento, jaulas y demás, mientras que las condiciones mejoran. Este héroe resguardó como pudo a más de 300 perritos, además de gatos, conejos, aves, cerdos, cabras, caballos e incluso un erizo.
Si yo pude meter más de 300 perros, un chingo de gatos, unos pollitos, un erizo, unos conejitos bebés y quien sabe cuántos animales más en mi casa, ustedes no sean gachos y metan aunque sea al perro o gato callejero de su cuadra en lo qué pasa el huracán, por favor. Ya dimos inicio a las labores de preparación para recibir el huracán; cortar ramas, asegurar cosas que se puedan volar, tapiar ventanas y puertas, llenar tambos con agua, cargar baterías de lámparas, etc., etc. Lo más radical es que vamos a llenar la casa de perros, así que va a haber una fiesta de popó, pero ni modo.
-Ricardo, en Facebook
Ya te podrás imaginar lo complicado que es controlar a esa gran cantidad de animalitos, aunque Ricardo ya tiene experiencia y reforzó muros, ventanas, puertas, instaló toldos, abasteció de agua y comida para que todo estuviera bien. Obviamente la ayuda es necesaria para cuando todo vuelva a la normalidad, así que a través de sus redes sociales sigue pidiendo comida, sobre todo, y tampoco le caería mal que le echaran una mano con la limpieza del albergue y de la casa.
Bien merecido el título de héroe, ya que Ricardo se ha hecho responsable de la irresponsabilidad de los demás, porque estos perritos son el resultado del abandono de personas sin escrúpulos, del maltrato y de que quienes tienen animales en sus casas no toman las medidas pertinentes para que no se reproduzcan de forma descontrolada y terminen deambulando por las calles, expuestos a toda clase de peligros. Un aplauso para los que, como Ricardo, les dan refugio y protección.