Durante el pasado Halloween, los maestros de la escuela secundaria en Middletown, Idaho, Estados Unidos, tuvieron la idea de disfrazarse como “mexicanos”, usando sombreros, bigotes, maracas y ponchos de colores, y también, se disfrazaron de muro fronterizo…
Muchos han considerado racista este tipo de disfraces, lo que ha causado la indignación y otros más se han enfurecido, pues lo han considerado una burla, ya que además, otros se disfrazaron de muro fronterizo, ese que pretende construir Donald Trump, e incluso le pusieron la frase de su campaña presidencial: “Make America Great Again (Haz a América Grande Otra Vez)”…
Las fotos fueron compartidas en Facebook, pero al ver cómo se levantaba la polémica fueron borradas, sin embargo, ya era tarde, porque varias personas habían tomado capturas de pantalla y las compartieron en redes sociales para manifestarse en contra de estos actos:
Otro día, otro disfraz racista. Esto es del Distrito Escolar de Middletown en Idaho. Por favor llame al (208) 585-3027 para decir: 1) el racismo es inaceptable 2) están creando y promoviendo un ambiente de aprendizaje hostil para los niños 3) ¿Cuál es su plan para hacerlo bien?
Los jóvenes dreamers (hijos de inmigrantes en EU) en Idaho, se han manifestado en contra. Elizabeth Almanza, del grupo PODER, que lucha por los derechos de los migrantes en Idaho, manifestó a través de redes sociales:
Estas fotos son extremadamente desalentadoras. Todos los niños deben tener derecho a un ambiente de aprendizaje que celebre todos los orígenes. Imagina, ¿cómo se sintieron algunos de los estudiantes cuando entraron a sus aulas en Halloween y vieron a sus maestros (personas a quienes admiran) vestidas así? Esto NO es gracioso. Esto es desgarrador. Los estudiantes merecen algo mejor.
El superintendente de la zona educativa, a través de Facebook compartió un video para expresar sus “sinceras y profundas disculpas” ante lo sucedido. Comentó:
¿Creo que hubo una mala intención en esta mala decisión? No, no lo creo. ¿Hubo un juicio pobre involucrado? Absolutamente. Somos mejores que esto, abrazamos a todos los estudiantes. Tenemos la responsabilidad de enseñar y llegar a todos los estudiantes, punto.
Sin embargo, varias organizaciones respondieron:
La intención o los juicios erróneos de las personas involucradas no deshacen el trauma experimentado por los estudiantes, las familias y las comunidades. El impacto en estos estudiantes no se queda solo con ellos, sino que tiene efectos duraderos más allá de la escuela o el aula. Creemos que la escuela y las aulas se han convertido en entornos hostiles, que no son propicios para la educación de los estudiantes.
Ya existe una petición para que los ciudadanos la firmen y la escuela tenga que cambiar su política respecto a comportamientos de este tipo, para que no se haga burla de estereotipos ni de la cultura de cualquier persona. Veremos a dónde va a parar todo esto…