El pasado domingo 11 de septiembre se registró, por primera vez en 86 años, un ataque de canguro que resultó en la muerte de una persona. La víctima, un hombre australiano de 77 años, mantenía al animal como una mascota en su propiedad, en la región del Gran sur, al oeste de Australia.
El hombre, un habitante del pequeño pueblo de Redmond, ubicado cerca de Albany, fue hallado seriamente herido por un miembro de su familia, tras lo cual se comunicó con los servicios de emergencia. Desafortunadamente, los trabajos de rescate fueron obstaculizados por el canguro, que se encontraba aún cerca del hombre y la víctima no llegó a tiempo al hospital, muriendo por las lesiones antes de poder ser tratado.
Una mascota salvaje
En Australia, al igual que en México y Estados Unidos, adoptar animales salvajes como mascotas está sumamente restringido y requiere permisos especiales para hacerlo legalmente. En Estados Unidos es legal criar canguros en Arizona y en Colorado, mientras que en México también se puede, mediante el permiso de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales. Sin embargo, en Australia resulta que el único estado en el que es legal criar un canguro es en Victoria, a 3178 km de donde mantenían como mascota al “canguro asesino”.
Así, el hombre de 77 años que murió por culpa de su “animal de compañía” mantenía a este sin ningún tipo de regulación y las autoridades no estaban preparadas para lidiar con el animal salvaje, lo que, sin duda, pudo haber sido un agravante para la situación en la que lamentablemente perdió la vida el insensato dueño.
El primer canguro asesino en 86 años
Desde el martes 18 de agosto de 1936 no ocurría un ataque mortal en Australia por parte de un canguro. En aquella ocasión, un hombre de 38 años, William Cruickshank, murió en Hillston luego de intentar rescatar a dos perros del ataque de un “canguro grande”. La quijada del hombre fue rota y sufrió graves lesiones en la cabeza, por las cuales quedó hospitalizado hasta su muerte, ese mismo día.
Aunque se registran regularmente ataques de muchos animales salvajes en Australia, incluidos los saltarines marsupiales, los ataques contra personas son raros cuando no son casos de defensa propia e incluso entonces no suelen ser letales, aunque se conocen casos de ataque contra otros animales, como ocurrió con los perros cuando murió Cruickshank. Esto hace pensar que el ataque de la “mascota”, de alrededor de un año en 2022, se debió a que el animal se defendía o a que fue “malcriado” por sus circunstancias.
No es como en las caricaturas
Aunque los canguros son animales de apariencia simpática y afable, se trata de animales salvajes y jamás podrían adherirse a un modo de vida completamente doméstico. Incluso cuando se extiende un permiso para criar a un animal salvaje (sin importar cuál sea este), se debe acreditar que se cuenta con conocimientos especializados para su cuidado y manejo.
Los canguros poseen un carisma innegable, pero si se ven amenazados, podrían atacar sin previo aviso, sobre todo encontrándose en cautiverio, donde su primer impulso como “presas” en el mundo natural es huir, pero al verse atrapados, no dudarán en atacar.
¿Por qué ocurrió esto?
Los expertos son conservadores en cuanto a qué es lo que pudo haber provocado el ataque y la subsecuente obstrucción del rescate del hombre por parte de su mascota, existiendo varias teorías distintas al respecto, pero en lo que sí coinciden es en que mantener cautivo a un animal salvaje sin las adecuadas precauciones y preparación, sin duda, puede desencadenar una tragedia como esta.
El ecólogo del comportamiento en la Universidad Curtin, de Australia, Bill Bateman, aseguró que los ataques mortales contra humanos por parte de canguros resultan extremadamente inusuales y que probablemente sus acciones se deban a que estaba demasiado habituado a las personas, por lo que no las veía como amenazas. Además, agregó que los animales salvajes en esa situación empiezan a volverse violentos, lo que pudo llevarlo a tratar al hombre mayor con la agresividad que mostraría a otro canguro, desembocando en la muerte del hombre.